La velocidad casi le cuesta la vida

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En la calle 17 con carrera 7 del barrio Los Guaduales de Pitalito

Mauricio Ramírez, nacido y criado en Pitalito, creció en un entorno donde el trabajo prevalecía sobre la educación. Desde niño, dejó la escuela para dedicarse a diversas labores, desde la construcción hasta el lavado de carros. Su espíritu trabajador lo llevó a viajar a diferentes regiones del país en busca de mejores oportunidades, pero siempre con la idea de regresar a su tierra natal.

Un giro inesperado
La vida de Mauricio cambió radicalmente tras un accidente en motocicleta. Aquella noche, después de un evento en el municipio, tomó prestada una moto y, en un descuido por el exceso de velocidad, perdió el control, salió de la vía y sufrió un impacto que le fracturó la columna. En un instante, quedó parapléjico. «No se lo deseo ni a mi peor enemigo», afirma, recordando el momento en el que comprendió que no volvería a caminar.

Una segunda oportunidad
Tras años de recuperación y adaptación a su nueva realidad, Mauricio encontró en su historia una misión: prevenir a otros sobre los peligros de la imprudencia en las vías. Ahora, desde su silla de ruedas, recorre las calles de Pitalito vendiendo dulces, pero también llevando un mensaje de reflexión a conductores y motociclistas.

Su testimonio es una advertencia sobre los riesgos de la velocidad y la falta de precaución. Con cada palabra, busca que otros no pasen por lo mismo, instando a la responsabilidad en la vía para evitar tragedias que pueden cambiar una vida para siempre.

Su historia ha impactado a muchas personas, convirtiéndose en un ejemplo de resiliencia y fortaleza. A pesar de las dificultades, sigue adelante con determinación, demostrando que, aunque su vida cambió drásticamente, aún puede aportar a la sociedad. Su mensaje no solo advierte sobre los peligros en la vía, sino que inspira a valorar cada día con responsabilidad.


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