En 1968, el fotógrafo estadounidense Eddie Adams de Associated Press capturó una imagen que conmocionó al mundo: el general Nguyen Ngoc Loan, jefe de la policía de Vietnam del Sur, ejecutando sumariamente al prisionero vietcong Nguyen Van Lem en una calle de Saigón con un disparo en la cabeza. Esta instantánea, galardonada con el Premio Pulitzer en 1969, se convirtió en un icónico testimonio de la brutalidad de la guerra de Vietnam.
Antes de su captura, se acusó a Nguyen Van Lem de asesinar a un oficial survietnamita y a seis miembros de su familia. La imagen de su ejecución, sin embargo, trascendió las circunstancias del conflicto para convertirse en un símbolo duradero de la brutalidad de la guerra y del poder del periodismo fotográfico.
Después de la caída de Saigón en 1975, el general Loan huyó y emigró a Estados Unidos, donde abrió un restaurante. En 1978, el Servicio de Inmigración y Naturalización (INS) consideró que Loan había cometido un crimen de guerra y trató de deportarlo. Sorprendentemente, el presidente Jimmy Carter intervino personalmente para detener el proceso, añadiendo otra capa de controversia a la historia.
Sin embargo, la sombra del pasado persiguió a Loan en su vida en Estados Unidos. Activistas de derechos humanos, hippies y periodistas lo acosaron, recordándole constantemente la brutalidad de aquel momento capturado por la cámara de Eddie Adams.
La tragedia no abandonó al general Loan hasta el final de sus días. Falleció de cáncer el 14 de julio de 1998 en Burke, Virginia, a la edad de 67 años. Eddie Adams, el fotógrafo que inmortalizó ese momento, reflexionó sobre la fotografía, diciendo: «En esa fotografía murieron dos personas. El general mató al Viet Cong; yo maté al general con mi cámara». Esta imagen y su historia siguen siendo un recordatorio impactante de las consecuencias humanas de la guerra.
