“La tierra nariñense puedeabrir las puertas del mundo”

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En el dinámico tejido comercial de Pasto, la voz de Ariadna Cabrera, reconocida comerciante de la región, resuena como un recordatorio y una invitación a mirar hacia nuestras propias raíces. Cabrera asegura que la economía local tiene un potencial inmenso si se fundamenta en el comercio de productos agrícolas y en las tradiciones que forman parte de la identidad nariñense.

“Podemos utilizar lo que nos da la tierra para hacer empresa”, afirma con convicción, mientras enumera ejemplos concretos que podrían transformar la economía regional. Uno de ellos es el transporte y comercialización de los lomines, un producto tradicional de Nariño que, según Cabrera, podría tener un mercado atractivo en otras regiones del país e incluso fuera de Colombia.

Para la comerciante, el desafío está en romper barreras logísticas y mentales: generar cadenas de valor que no solo lleven un producto, sino que transmitan la cultura y el esfuerzo de quienes lo producen. “No se trata únicamente de vender —explica—, sino de contar la historia de lo que producimos, porque eso también le da valor en el mercado”.

Cabrera insiste en que Nariño no puede conformarse con un comercio de subsistencia, sino que debe proyectarse hacia una economía competitiva, capaz de aprovechar ferias, plataformas digitales y alianzas estratégicas para colocar sus productos en vitrinas internacionales. Su mensaje es claro: en cada cultivo, en cada receta y en cada tradición, hay una oportunidad de negocio esperando ser aprovechada. Y Pasto, con su ubicación estratégica y la riqueza de su tierra, podría ser el punto de partida para una nueva etapa de desarrollo económico.


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