Nicolás Copérnico revolucionó la ciencia en el siglo XVI al postular que la Tierra no era el centro del universo, sino que giraba alrededor del Sol. Esta teoría heliocéntrica contradijo siglos de pensamiento geocéntrico y provocó una profunda transformación en la manera en que la humanidad entendía su lugar en el cosmos. Su obra «De revolutionibus orbium coelestium» fue publicada en 1543, poco antes de su muerte.

Aunque inicialmente enfrentó oposición, la teoría de Copérnico fue respaldada más tarde por científicos como Galileo y Kepler, quienes aportaron evidencia empírica. Este hallazgo no solo cambió la astronomía, sino que sentó las bases para la Revolución Científica y la modernización del pensamiento científico. La idea de que la Tierra no era el centro del universo fue un golpe al egocentrismo humano y abrió paso a una nueva era de exploración intelectual.




