La población con discapacidad visual, una fuerza laboral desaprovechada

De acuerdo con el Dane, de los casi dos millones de colombianos que tienen alguna discapacidad y están dentro de la edad para laborar, solo el 1,9% (1 de cada 5) está incorporado en el mundo laboral.
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Según cifras del Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas (Dane), en Colombia existen 36 millones de personas en edad para trabajar, de los cuales el 63,3% trabaja o buscan trabajo. Sin embargo, de los casi dos millones de colombianos que tienen alguna discapacidad (el 57% corresponde a personas con alteraciones visuales) y están dentro de la población apta para laborar, solo el 1,9% (1 de cada 5) tiene algún trabajo estable. Es decir que 1.5 millones de personas, que tienen todo el potencial para aportar significativamente al sector productivo, independientemente de su condición, no están siendo tenidas en cuenta dentro del mundo laboral.

De hecho, de acuerdo con Gladys Lopera, directora general del Centro de Rehabilitación para Adultos Ciegos (CRAC), la población con discapacidad visual es una fuerza laboral desaprovechada debido a dos razones. La primera, es que se ha generado una interpretación errónea y excluyente del marco normativo que regula la contratación de estas personas, en especial de la Ley 361 de 1997, que habla sobre la no discriminación de las personas con discapacidad en el ámbito laboral. 

Por otro lado, las empresas desconocen el potencial que tiene la población ciega y con baja visión para desempeñarse en el mundo laboral, ya que, si bien se perdió la función visual, el intelecto continúa trabajando con normalidad. No obstante, es importante resaltar que cuando estas personas superan con éxito un proceso de rehabilitación funcional y de inclusión social, que integra cinco componentes fundamentales (psicosocial y médico, físico, actividades de la vida diaria, comunicación, y desarrollo senso perceptivo, cognitivo y manual), están en plena capacidad de ser productivos y representan un recurso valioso para la sociedad.

“Desde el Centro de Rehabilitación para Adultos Ciegos (CRAC), hemos abanderado por 60 años la inclusión de las personas ciegas y con baja visión en el ámbito laboral, por medio de procesos de rehabilitación integral enfocados en el logro de independencia y autonomía, para que la persona en condición de discapacidad visual retome su rol en la sociedad de manera productiva y exitosa”, afirmó Gladys Lopera, directora general del CRAC.

Finalmente, según la Organización Internacional del Trabajo, incluir a la población con discapacidad visual como una fuente de aporte a la cadena valor de las industrias y sectores productivos no solo se traduce en la obtención de diferentes beneficios tributarios para las empresas, sino que también significa la apertura de nuevos mercados y mejora en el clima laboral.

“Existe un desconocimiento bastante amplio en cuanto a las habilidades laborales de las personas con discapacidad visual que se encuentran en etapa productiva, que representan el 5,1% de la población total en edad para trabajar. Es responsabilidad de los empleadores ver más allá de la discapacidad y poder identificar realmente la fuerza de trabajo que tiene la persona para desempeñarse en el cargo y entender que ellos se rehabilitan de manera integral para poder incorporarse socialmente y realizar sus tareas y actividades diarias sin ningún inconveniente”, finalizó Mauricio León, terapeuta ocupacional de la Unidad de Inclusión del CRAC.


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