Parece que, una vez más, los recursos de los putumayenses están siendo destinados fuera de su propio territorio. En esta ocasión, la contratación de obras en el Putumayo ha vuelto a ser tomada por firmas fuera del departamento, esta vez con el Chocó. Esta situación levanta una vez más las alarmas sobre la gestión de los recursos públicos en la región y las consecuencias para el desarrollo local.
A pesar de las constantes demandas por fortalecer la economía del Putumayo a través de contratos con empresas locales, las autoridades siguen aprobando pliegos de contratación que benefician a empresas foráneas, dejando de lado a los ingenieros y arquitectos del departamento. Esta práctica no solo limita las oportunidades de empleo en la región, sino que también impide que los recursos públicos se inviertan en el comercio y la mano de obra local.
Lo más inquietante es que son los propios líderes del departamento, supuestos defensores de los intereses de la región, quienes están firmando estos contratos. Uno de los casos más destacados es el del actual Secretario de Planeación del Putumayo, Andrés Cancimance, quien fuera recomendado por el Representante a la Cámara del Putumayo por el Pacto Histórico. A pesar de que su cargo debería estar orientado a fortalecer la economía regional, Cancimance ha aprobado la contratación de empresas fuera del departamento, sin considerar el impacto negativo que esto tiene en la población putumayense.
Este patrón de contratación no es nuevo. Los gobiernos anteriores también asignaron el presupuesto para obras a empresas foráneas, lo que resultó en una fuga de recursos y una falta de dinamismo económico en la región. A pesar de los esfuerzos por cambiar esta situación, la tendencia sigue siendo la misma: las obras y proyectos importantes para el desarrollo del Putumayo siguen siendo realizados por compañías externas.
La situación ha generado un sentimiento de frustración entre los putumayenses, quienes ven cómo su dinero se va fuera del departamento sin que se traduzca en mejoras sustanciales para su comunidad. La pregunta que muchos se hacen es: ¿hasta cuándo continuará esta práctica?
Es momento de que los líderes del Putumayo se comprometan verdaderamente con su pueblo y busquen soluciones que permitan que los recursos de la región se inviertan en el bienestar y el desarrollo local. Mientras tanto, la angustia de la pobreza sigue apoderándose de la población, que ve cómo su futuro se desvanece entre las malas decisiones de quienes deberían velar por su bienestar.
