La mejor arma de expresión y, sin duda, una entera obra de arte olfativa ¡eso es lo que son los perfumes! Porque más allá de una mera mezcla de fragancias, éstos tienen voz y personalidad propias, mismas que se hacen notar a través del poderoso juego de acordes que los conforman, tal como si de un ADN se tratara.
Desde su composición hasta el proceso que siguen para cobrar vida y, desde luego, la intención bajo la que fueron creados, son sólo algunos de los secretos que cuentan la historia de una fragancia.
¿Qué es la perfumería?
Los perfumes son el resultado de una composición de esencias naturales y/ o sintéticas que al conjuntarse entre sí, dan como resultado un aroma patentado único y distintivo para cada marca. Son justamente dichas sustancias aromáticas concentradas que componen cada fórmula, las que se conocen como fragancias. Éstas, a diferencia de los perfumes, suelen venderse en casas especializadas o naturistas, pues se trata de las materias primas para crear las fórmulas comerciales.
Es así como, dependiendo de la serie de fragancias empleadas, los perfumes pueden clasificarse de acuerdo a su estructura como monolíticos, los cuales están creados con una o muy pocas esencias; o bien, por múltiples fases, dividiéndose jerárquicamente a manera de pirámide olfativa.
¿De qué están hechos?
Sin importar la marca y el proceso de elaboración de cada uno, la forma en la que están hechos los perfumes se basa en una recopilación de múltiples fragancias naturales o sintéticas, disolvente y fijador. Una mezcla que, aunque suena simple, conjunta por lo menos 20 componentes, los cuales, dependiendo de su concentración, le brindan un nombre diferente a la fórmula, ayudando a su clasificación.
Más allá del número de esencias que entremezclan, la clasificación de los perfumes más popular se basa en su composición, tomando en cuenta características como su densidad, intensidad y duración. ¡He ahí que podamos encontrar fórmulas aromáticas de distintos tipos que se adaptan a cada necesidad!

