La Peligrosa Alianza entre Carteles Mexicanos y Disidencias en el Cauca

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Los carteles de droga mexicanos han tejido una peligrosa alianza con los disidentes de las FARC en el departamento del Cauca, proporcionando armas y grandes inyecciones de capital a cambio de convertirse en compradores casi exclusivos de los narcóticos producidos en la región. Esta relación ha fortalecido a los grupos armados ilegales, dificultando la labor de la Fuerza Pública para erradicar el narcotráfico y la violencia en la zona.

Estrategia Militar y Amenaza Criminal

El ministro de Defensa, Pedro Sánchez, ha reconocido que los grupos ilegales en el Cauca ya no operan como guerrillas tradicionales, sino como organizaciones narcotraficantes con tácticas de camuflaje y control territorial. “Allá hay una cultura traqueta y la amenaza es diferente a la que antes enfrentábamos. (…) Ahora son traquetos que visten de civil, se mueven en moto, se camuflan entre la población y generan una intimidación enorme”, advirtió.

El pasado 11 de marzo, las disidencias del Frente Carlos Patiño, comandadas por alias Iván Mordisco, atacaron con explosivos un convoy militar en el Cañón del Micay, resultando en la muerte de cinco soldados y 16 heridos. El presidente Gustavo Petro se refirió a este ataque como una demostración de la influencia de los carteles mexicanos en la región: “El ejército privado de los carteles mexicanos en el Cañón del Micay ha respondido con la mayor de las brutalidades en el municipio de Balboa, matando a los soldados que llevaban parte del puente para el campesinado”.

Funcionamiento de la Alianza Criminal

Desde la implementación de la operación Perseo y el envío de 1.400 soldados al suroccidente del país, los disidentes han demostrado una capacidad de recuperación notable, alimentada por la inversión de los carteles mexicanos.

Según la Defensoría del Pueblo, los carteles de Sinaloa, Jalisco Nueva Generación y Los Zetas tienen presencia en Colombia, con especial interés en el Cauca, donde se concentran 31.844 hectáreas de cultivos de coca, representando el 12,5% del total nacional. La ubicación estratégica de la región, con rutas de salida hacia el océano Pacífico, facilita el tráfico de drogas.

Los carteles proveen financiamiento y armamento a los disidentes, quienes a su vez controlan la producción de coca y ejercen presión sobre los campesinos para que se dediquen exclusivamente a este cultivo ilícito. Francisco Javier Daza, coordinador de Paz y Posconflicto de la Fundación Paz y Reconciliación, explica: “Los carteles inyectan a los grupos armados grandes capitales y armas y, a su vez, se articulan a través de trabajo conjunto en función de la regulación de la cadena de producción de la cocaína”.

Como resultado, los disidentes han expandido su control a 41 de los 42 municipios del Cauca, consolidando un corredor estratégico para el tráfico de drogas. Mientras tanto, los carteles aseguran una fuente estable de suministro para satisfacer la demanda internacional, con más de 11,6 millones de consumidores en América, según la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC).

Llegada de los Carteles Mexicanos a Colombia

La desmovilización de las FARC en 2016 dejó un vacío en la cadena del narcotráfico, abriendo la puerta a nuevas alianzas entre los carteles extranjeros y los grupos armados locales. Un informe de inteligencia de la Policía en 2021 detectó presencia de intermediarios de carteles mexicanos en 11 departamentos de Colombia, incluso en zonas fronterizas con Venezuela.

En el Cauca, panfletos de los carteles han circulado en municipios como Toribío, Corinto, Argelia y Jambaló, prometiendo a los cultivadores precios más altos por su cosecha de coca. Un informe de la Fundación Pares en 2020 confirmó la presencia de estas organizaciones criminales en la región.

Las capturas de altos emisarios de los carteles han corroborado estos vínculos. En 2021, la Policía capturó en Pereira a Néstor Tarazona Enciso, alias “el Caballista”, responsable de lavar dinero para el cartel de Jalisco Nueva Generación y Sinaloa. En 2022, fue detenido en Cali Brian Donaciano Olguín Verdugo, alias Pitt, señalado de coordinar las relaciones entre los carteles y los frentes disidentes Dagoberto Ramos, Jaime Martínez y Carlos Patiño.

A pesar de estas acciones, la presencia de los carteles sigue siendo un factor clave en el conflicto armado y el narcotráfico en Colombia. Su estrategia de mantener un bajo perfil en el territorio y operar a través de intermediarios ha permitido su expansión sin enfrentamientos directos con otros actores armados. “Su presencia es a través de pocas personas y esa es una muestra de que no tienen disposición de enfrentar a los grupos armados. Simplemente buscan controlar la economía sin inmiscuirse o meterse en las dinámicas de conflicto que hay actualmente en Colombia”, concluyó el experto Daza.

La alianza entre carteles y disidentes ha convertido al Cauca en un epicentro del narcotráfico, desafiando los esfuerzos del Gobierno y las Fuerzas Militares por recuperar el control de la región.


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