Mucho Arsenal para tan poco Manchester City, y el Real Madrid empieza a frotarse las manos al ver a los dirigidos por Pep Guardiola hundirse en la Premier League. Errático e inconsistente, el equipo mancuniano cuenta con un potencial ofensivo impresionante, con Erling Haaland y Savinho en plena forma, pero su defensa sigue siendo un coladero. Los errores defensivos, como los de Manuel Akanji en el 1-0 o Phil Foden en el 2-1, siguen costándole caros a Guardiola y el Manchester City, que actualmente no parece tener lo necesario para competir al más alto nivel. Por su parte, el Arsenal de Mikel Arteta, que sigue luchando por la Premier League junto al Liverpool, arrasó al equipo de su maestro y mentor con un contundente 5-1, un ‘manotazo’ de realidad.
El gol de Erling Haaland en la segunda mitad, tras unos primeros 45 minutos en los que el portero español David Raya fue clave para que los gunners mantuvieran su ventaja, no fue más que un espejismo. Apenas un minuto después del 1-1, Thomas Partey anotó el 2-1 y, a partir de ahí, el Manchester City se convirtió en un juguete roto en manos de un Arsenal en ascenso. Myles Lewis-Skelly, Kai Havertz y la joven joya Ethan Nwaneri (17 años) cerraron la fiesta en el Emirates Stadium.
El estadio londinense despidió a su equipo entre “olés” y cánticos de «serás despedido por la mañana» dirigidos a Pep Guardiola. «Humble» de Kendrick Lamar sonó a todo volumen por los altavoces con el pitido final. Esta actuación de los gunners debería repetirse en bucle para Carlo Ancelotti durante los próximos nueve días. Mikel Arteta y su equipo fueron capaces de exponer todas las carencias del Manchester City, problemas que parecen cada vez más difíciles de corregir, incluso con los millones gastados en fichajes durante el mercado invernal.
El fallo de Akanji, la mano de Raya
A pesar de que la presión intensa del Arsenal es una de las más exigentes de la Premier League, los gunners no tuvieron que aplicarla demasiado para adelantarse en el marcador. Apenas dos minutos después del inicio, el conjunto londinense ya estaba ganando al vigente campeón de la liga. Un error inexplicable de Manuel Akanji, quien no logró controlar el balón al salir desde atrás, permitió a Kai Havertz recuperarlo y a Martin Ødegaard marcar a placer. A punto estuvo Gabriel Martinelli de hacer el 2-0 cuatro minutos después, pero su gol fue anulado por fuera de juego.
Mientras el Arsenal jugaba con intensidad, los jugadores de Pep Guardiola parecían nerviosos. Un error grotesco en la salida del balón le dio a Kai Havertz una clara oportunidad de ampliar la ventaja, pero el alemán falló el disparo, mandándolo fuera.
El Manchester City logró encerrarse en el área del Arsenal, pero se encontró con un David Raya colosal. De las tres paradas que hizo el portero español en la primera mitad, la mejor fue una mano increíble que evitó el empate de Josko Gvardiol, cuyo disparo se estrelló en el larguero.
Un juguete roto
Las alegrías del City duraron poco. Apenas un minuto después de que Haaland empatara con un cabezazo tras un buen pase de Savinho, Thomas Partey desató un cañonazo desde fuera del área para poner el 2-1. Aunque Phil Foden regaló el balón y John Stones desvió el disparo, la hinchada del Arsenal explotó de júbilo. Pero el verdadero espectáculo llegó con el golazo de Myles Lewis-Skelly.
El joven canterano, que ha ganado la confianza de Arteta con apenas 18 años, celebró su tanto al estilo ‘yogui’, imitando la famosa celebración de Haaland. Fue un golazo que nació en su pie izquierdo, luego de una increíble carrera por la banda, rompiendo la defensa del City y disparando con precisión para poner el 3-1 en el marcador.
El toque final
Ya con Guardiola sentado y desesperado en el banquillo, Kai Havertz sentenció al Manchester City. Gabriel Martinelli lideró un contragolpe y el alemán, esta vez, no falló. Aunque Stefan Ortega hizo todo lo posible para evitar la ‘manita’, no pudo detener el remate de Havertz. El Arsenal no dejó escapar la oportunidad de hacer historia y Ethan Nwaneri, a sus 17 años, marcó el golazo definitivo. Con un disparo con rosca desde fuera del área, firmó un gol digno de estrella mundial, sellando una tarde soñada para la afición gunner.



