El croissant, originario de Viena y perfeccionado en Francia, llegó a Colombia gracias a la influencia europea y se convirtió en una de las piezas de panadería más demandadas.
Además, su incorporación en cafeterías, panaderías artesanales y supermercados respondió al creciente interés de los consumidores por productos internacionales que combinaran tradición, refinamiento y nuevas experiencias gastronómicas.
En consecuencia, hoy encontramos croissants clásicos y adaptados al paladar colombiano, con rellenos como arequipe, chocolate, queso o almendras, lo cual refleja una apropiación cultural del producto.
Ingredientes básicos para lograr el croissant perfecto
La mantequilla de alta calidad, con al menos un 82 % de grasa, resulta fundamental, porque garantiza un hojaldrado uniforme, una miga aireada y un sabor profundamente mantecoso.
Por lo tanto, para lograr el equilibrio adecuado entre textura y sabor, se deben emplear ingredientes frescos y correctamente medidos:
- 500 g de harina de fuerza media (10-11 % de proteínas)
- 250 g de mantequilla fría y de excelente calidad (preferiblemente europea)
- 25 g de levadura fresca o 10 g de levadura seca activa
- 60 g de azúcar refinada
- 10 g de sal
- 250 ml de leche fría
- 1 huevo batido (para el dorado final en el horneado)
Preparación paso a paso con técnica profesional
- Prepara la masa base: en un bowl grande combina harina, sal, azúcar, levadura y leche fría, amasa hasta integrar y refrigera 12 horas, lo que fortalece la estructura del gluten.
- Introduce la mantequilla: coloca un bloque de mantequilla fría en el centro de la masa, sella los bordes completamente y asegúrate de que quede lista para el proceso de laminado.
- Realiza el laminado: extiende la masa en una superficie enharinada y efectúa tres pliegues en tercios, refrigerando entre cada vuelta, ya que esto evita que la mantequilla se derrita.
- Forma los croissants: corta triángulos de masa, enrolla con precisión desde la base hasta la punta y acomoda en bandejas engrasadas, dejando espacio suficiente para el crecimiento.
- Fermenta adecuadamente: deja reposar a 24-26 °C durante 2 o 3 horas hasta que casi dupliquen su tamaño, evitando temperaturas muy altas que fundan la mantequilla.
- Hornea en condiciones óptimas: precalienta a 200-210 °C, barniza con huevo batido, añade vapor los primeros minutos y hornea entre 18 y 22 minutos, vigilando que no se quemen.
- Permite reposar: finalmente, espera 10 minutos antes de consumirlos, ya que en este tiempo se estabiliza la miga y se potencia la textura crujiente y hojaldrada.




