La Liga Colombiana: entre la indiferencia directiva y el olvido internacional

La Liga BetPlay quedó fuera del listado de las 30 mejores del mundo, según Opta. Esta alarmante señal refleja el rezago del fútbol colombiano en calidad, infraestructura y visión a largo plazo, mientras otras ligas del continente avanzan con firmeza.
COLOMBIA
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El informe de Opta confirma lo que muchos temían: el fútbol profesional colombiano ha perdido peso, calidad y protagonismo en el escenario mundial.

El más reciente ranking global de Opta, revelado el 10 de junio, sacudió al fútbol colombiano al dejar por fuera a la Liga BetPlay de las 30 mejores del mundo. Este dato, más que una anécdota estadística, desnuda una realidad incómoda: el campeonato local está muy lejos del nivel que alguna vez lo distinguió como semillero de grandes talentos.

Exportamos jugadores, pero no creamos una liga sólida

Aunque algunos defienden la validez del torneo porque “exporta jugadores”, la constante fuga de talento joven debilita la competencia interna. Los futbolistas más prometedores emigran pronto, y los clubes se quedan con planteles desbalanceados y de bajo nivel.

Además, la inversión en infraestructura y profesionalización es insuficiente. La desconexión entre dirigentes y las exigencias del fútbol moderno hacen que la liga colombiana sea cada vez menos atractiva y predecible.

La Selección también sufre las consecuencias

Esta situación también impacta a la Selección Colombia. En las últimas fechas de eliminatorias, jugadores del torneo local como Marino Hinestroza y Andrés Felipe Román no lograron destacarse. Sus actuaciones discretas evidencian la poca exigencia de la liga y la brecha con el nivel internacional. El nivel doméstico ya no respalda al combinado nacional como antes.

Ligas vecinas marcan el paso

Mientras tanto, torneos como el Brasileirao, la Liga MX y la MLS avanzan con profesionalización, estadios llenos, derechos de televisión bien vendidos y formatos sólidos. En contraste, la Dimayor sigue improvisando cambios de formato, lidia con estadios vacíos y decisiones sin rumbo claro.

Incluso propuestas como el ascenso de la Primera C a la B siguen siendo solo palabras, pues los equipos aún desconocen si se hará realidad en 2026.

Se necesita una reforma estructural urgente

La Dimayor y los clubes deben asumir su responsabilidad ya. El fútbol colombiano necesita una reforma estructural profunda: desde un calendario coherente, mejores divisiones inferiores, hasta transmisiones atractivas y decisiones comerciales consistentes.


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