La lactancia materna puede mejorar la salud del bebé y de la madre

la leche materna es de “gran interés” por su capacidad y poder protector inmunológico al aportar una serie de sustancias promotoras de la tolerancia y maduración del sistema inmunitario tanto para el bebé como para la madre.
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La lactancia materna es beneficiosa en muchísimas esferas para los bebés. Les garantiza salud, pero también su supervivencia. Previene a los pequeños de enfermedades al contener anticuerpos, no sólo alimento, pero es que también presenta numerosas ventajas para las madres.

“Está claro que protege al niño. En ese sentido. es importante, la lactancia materna por todo lo que aporta al menor tanto de péptido bioactivo, de bacterias, neurotransmisores, o de prebióticos; e decir, un amplio abanico de moléculas que pasan de la madre al niño gracias a la leche materna”. Así lo afirmó en una entrevista, Ascensión Marcos, profesora de investigación del Concejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), quien además es fundadora del Grupo de Inmunonutrición en el Instituto de Ciencia y Tecnología de Alimentos y Nutrición (ICTAN) en esta institución.

Es más, destaca que la leche materna es de “gran interés” por su capacidad y poder protector inmunológico al aportar una serie de sustancias promotoras de la tolerancia y maduración del sistema inmunitario.

Defensa frete a tumores cancerígenos

Se sabe que la lactancia materna tiene beneficios tanto para el recién nacido como para la madre, debido a que “evita el desarrollo de patologías inmunológicas, reduciendo la incidencia de diarrea, infecciones y alergias, especialmente durante los primero seis meses de vida del neonato, y también disminuyendo, el riesgo de cáncer de mama antes de la menopausia para la madre”, sostiene la profesora Ascensión Marcos.

Dice así que la madre que da de mamar a sus hijos se protege y crea con ello “una especia de defensa”. “Es como si potenciara su sistema inmune, y se ha visto menos casos de cáncer de mama en madres que dan de amamantar a los niños. Para la profesora Marco, esto es lo más importante, pues es un indicio que procura cuidar la salud de la madre que tiene la posibilidad de procrear más hijos en el futuro.

De hecho, recuerda que la argumentación tanto de la OMS como de la Asociación Española de Pediatría es la lactancia materna exclusiva durante los seis primeros meses de vida del menor, combinando después este periodo con la ingesta de otros alimentos hasta los dos años de edad, o el tiempo que se considere, de acuerdo con las pautas de crecimiento del menor y del pediatra.

Por otro lado, Marcos señala que esta investigación tiene evidencias científicas donde existe un mayor riesgo de padecer infecciones respiratorias, gastroenteritis, atragantamiento, obesidad, diabetes tipo 1 o eccema atópico si se da la introducción temprana de alimentos (entre los 4 y 6 meses de edad) y por eso subraya que la recomendación actual es la introducción de esta alimentación complementaria a partir del sexto mes de bebé.

Si quiere saber más sobre la investigación desarrollada por Ascensión Marcos, puede encontrar su libro “Inmunonutrición”, publicado en colaboración con Esther Nova Rebato, Sonia Gómez Martínez y Ligia Esperanza Díaz Prieto, investigadoras y científicas del ICTAN.


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