El Meta, un departamento con alta riqueza ambiental y económica, ha sido históricamente un campo de disputas políticas donde las figuras de poder buscan mantener su influencia en las instituciones clave. En este contexto, el exgobernador Juan Guillermo Zuluaga ha vuelto a estar en el centro de atención debido a sus estrategias para conservar el control sobre Cormacarena, la entidad encargada de la gestión ambiental en la región.
Denuncia
Según información obtenida, Zuluaga estaría detrás de una maniobra para reemplazar al actual director encargado de la corporación, Wilson López Bogotá, con Patricia Baquero, quien es señalada como una aliada política cercana al exmandatario. Esta acción, de acuerdo con los analistas políticos locales, representa un claro intento de prolongar su influencia sobre Cormacarena, una institución clave para el manejo del medio ambiente y los recursos naturales del departamento.
El objetivo detrás de esta movida sería evitar que se lleve a cabo una elección transparente y participativa para la dirección definitiva de la corporación. Con Baquero al frente como directora provisional, Zuluaga ganaría tiempo para bloquear un proceso legítimo que podría colocar a una figura independiente al frente de la entidad, lo que pondría en riesgo su capacidad de maniobra y sus intereses políticos en la región.
Trasfondo
Cormacarena, como máxima autoridad ambiental en el Meta, no solo regula proyectos que tienen un impacto directo en el medio ambiente, sino que también maneja importantes recursos financieros destinados a la conservación de los ecosistemas y al desarrollo sostenible. Por lo tanto, controlar esta entidad se traduce en tener una herramienta clave para negociar alianzas políticas, asegurar favores y mantener una base de poder sólida.
El intento de controlar Cormacarena no solo tiene repercusiones políticas, sino que también afecta directamente la capacidad de la corporación para cumplir con su misión de proteger el medio ambiente. En un departamento donde la deforestación, la minería ilegal y el avance de la frontera agrícola son problemas urgentes, contar con una dirección independiente y comprometida con la sostenibilidad es crucial.
Organizaciones ambientalistas han señalado que la falta de transparencia en la designación de los directores de Cormacarena puede llevar a la inacción o incluso al respaldo de proyectos que comprometan los ecosistemas estratégicos del Meta. Por ejemplo, algunos proyectos de infraestructura o agroindustriales que han sido cuestionados por su impacto ambiental podrían encontrar menos resistencia si la entidad está controlada políticamente.




