El suceso tuvo lugar el pasado 29 de octubre en el barrio Alto del Rosario de Girardot, más exactamente en el antiguo hospital San Rafael, hoy llamado Clínica Dumian, pues Jorge Bernal Castillo, en compañía de su hijo quien era el paciente en ese momento, tuvieron que trasladarse hacia el centro asistencial debido a una remisión, sin embargo, luego de que transcurrieran alrededor de 30 minutos dentro de la ambulancia y con las puertas abiertas, y que a ambos les permitieran la entrada a la sala de urgencias, el vigilante de turno, al parecer, obligó a los acompañantes a abandonar las instalaciones, dejando a múltiples personas en medio del aguacero que se presentaba en ese momento en la ‘Ciudad de las Acacias’.
El caso
El desagradable hecho se dio a conocer luego de que el sujeto en mención realizara un video informando su caso a las afueras de las instalaciones de la Clínica Dumian, en el cual aseguró que salió de la sala de urgencias por “simplemente decisiones de autoritarismo”, pues el guardia de seguridad que se encontraba en ese momento de turno sabía la lluvia inclemente que se estaba presentando en la ciudad, pero, aun así, presuntamente, obligó a los acompañantes de los pacientes a salir de allí.
La denuncia
El hombre aclaró que el mensaje quiere que llegue a los gerentes del centro asistencial, pues aseguró que por una simple remisión el trato no es el correspondiente, ni por parte de los vigilantes ni por quienes les dan esas órdenes a ellos. Ante esto, afirmó que las personas de Girardot no deberían tener personas “tan indolentes y mala gente” en el municipio, pues en el momento en el cual se encontraba fuera de las instalaciones se pudo reflejar cómo la lluvia se agudizaba conforme pasaba el tiempo, al igual que, los cortes de energía que dejaba a oscuras a quienes, al parecer, expulsaron del centro asistencial.
Otros casos
No es la primera vez que sucede este tipo de inconvenientes con la clínica, pues en meses pasados se conoció la denuncia del gremio de taxistas de la ciudad que aseguraba que los vigilantes de la institución los obligaban a dejar a sus pacientes en la portería y estos debían atravesar el tramo que conduce a la entrada caminando, sin importar las dolencias o afectaciones que tuviesen.
