
Ismail Haniyeh murió en un bombardeo contra una residencia de alta seguridad en Teherán, un golpe humillante para el aparato de seguridad iraní. Si Irán responde, podría desencadenar una guerra a gran escala con Israel.
Los líderes iraníes, incluyendo al ayatolá Alí Jamenei, juraron venganza por el ataque aéreo que mató a Ismail Haniyeh, líder político del grupo terrorista Hamás. Jamenei atribuyó el suceso al «régimen sionista criminal y terrorista» de Israel.
Jameinei afirmó que al asesinar a Haniyeh, Israel ha preparado el terreno para un castigo severo, por lo que consideran que es su deber tomar venganza. Israel no ha asumido la responsabilidad del ataque hasta el momento.
En una visita oficial de alto nivel, Haniyeh se encontraba en Irán para reafirmar el apoyo de Teherán a Hamás en la guerra contra Israel. Después de conversar con Jameinei y participar en la toma de posesión del recién elegido presidente iraní, Masoud Pezeshkian, Haniyeh fue trasladado a una vivienda de alta seguridad al norte de Teherán, donde aparentemente fue asesinado durante un ataque militar quirúrgico.
Servicios secretos iraníes ridiculizados
En lugar de sentirse molesto, en las redes sociales iraníes se insultó al sistema de seguridad del país por no haber evitado el atentado, horas después de que Israel asesinara al alto comandante de Hezbolá, Fouad Shukur, en Beirut.
Mehdi Mahmoudian, defensor de los derechos humanos y periodista político, escribió: «En el corazón de Teherán, ante las narices de decenas de instituciones y miles de agentes de seguridad, en el día más importante del gobierno, el invitado más importante ha sido asesinado».
Estados Unidos, Alemania y otras naciones consideran tanto a Hamás como a Hezbolá como grupos terroristas. Ambos están respaldados por Irán, aunque Hezbolá y su milicia chiita son considerados como socios más valiosos que Hamás.
Posible escalada regional
Fereshteh SadeghI, un periodista cercano al régimen, expresó que si Irán no respondía al ataque, Israel sería objeto de burlas por parte de los iraníes y ningún otro invitado del Eje de la Resistencia (Hezbolá o Hamás) volvería a Teherán.
Sin embargo, no está claro cómo será la respuesta, más allá del anuncio de represalias. La guerra entre Israel y Hamás en la Franja de Gaza ha llevado a la región al borde del abismo. A pesar de su disposición a brindar su respaldo a Hamás, Hezbolá y los insurgentes hutíes para acciones limitadas en contra de Israel y Occidente, Irán ha evitado una guerra de gran envergadura.
Un ataque directo a Israel podría requerir la intervención de Estados Unidos, lo que podría poner en peligro la supervivencia del régimen islámico. En cambio, Irán emplearía a líderes israelíes o emplearía a líderes regionales para atentar contra objetivos en Israel.
Líderes iraníes ante probable dilema
Según Damon Golriz, analista de DW, la única manera de evitar una guerra regional es que Estados Unidos reafirme «su férreo compromiso con la seguridad de Israel, mostrando su músculo militar en la región» y «creando una disuasión real para Irán».
La población iraní cuestionaría al régimen por una posible escalada militar, incluso aún sin conflicto directo entre EE. UU. e Irán.
Según Shahran Tabari, un periodista británico-iraní, los ciudadanos iraníes comunes no sienten enemistad hacia Israel o Palestina y no están dispuestos a respaldar a grupos como Hamás y Hezbolá.
Por último, el reciente ataque terrorista en Teherán pone a los líderes iraníes en una situación peligrosa. Si la afirmación de que Israel está detrás del ataque es cierta, el ataque en Teherán también transmite la idea de que Israel tiene la capacidad de atacar a cualquier líder iraní, independientemente de su ubicación. Aunque esto podría llevar a los iraníes a considerar la posibilidad de planificar un ataque a gran escala, es posible que los líderes decidan que una respuesta severa será una forma de disuasión y los protegerá de futuros ataques similares.




