Un nuevo estudio se suma a la investigación sobre el vínculo entre las infecciones virales y las enfermedades cardíacas
Madrid, 5 de noviembre de 2025. Un reciente estudio internacional reveló que las personas que padecen infecciones respiratorias virales, como la gripe estacional o el COVID-19, pueden triplicar su riesgo de sufrir un infarto agudo de miocardio durante las semanas posteriores a la infección.
La investigación, publicada en la revista European Heart Journal, analizó los historiales clínicos de más de 500.000 pacientes hospitalizados por infecciones virales en los últimos cuatro años y halló que la respuesta inflamatoria que provoca el virus puede alterar la estabilidad de las placas arteriales, favoreciendo la formación de coágulos.
“El riesgo cardiovascular aumenta significativamente en los primeros 14 días tras una infección respiratoria grave, sobre todo en pacientes mayores o con antecedentes de hipertensión, obesidad o diabetes”, explicó el doctor Rafael Rodríguez, cardiólogo y coautor del estudio.
Los investigadores señalaron que tanto el SARS-CoV-2 como el virus de la influenza generan un estrés inflamatorio sistémico que puede acelerar procesos de aterosclerosis y desatar eventos coronarios.
Asimismo, destacaron la importancia de mantener al día las vacunas contra la gripe y el COVID-19, especialmente en personas con factores de riesgo cardiovascular, como una medida preventiva que podría reducir la incidencia de infartos y accidentes cerebrovasculares.
“La prevención no solo pasa por evitar contagios, sino por entender que el corazón también puede ser víctima de los virus”, concluyeron los expertos.
Este nuevo hallazgo refuerza la creciente evidencia médica de que las infecciones respiratorias graves no afectan solo los pulmones, sino que también pueden tener consecuencias a largo plazo en el sistema cardiovascular.




