La generación Z, nacida entre mediados de los noventa y principios de los 2010, está redefiniendo los hábitos de consumo a nivel global. Con una marcada preferencia por las plataformas digitales, esta generación no solo impulsa el crecimiento del comercio electrónico, sino que también exige mayor transparencia, responsabilidad ambiental y compromiso social por parte de las marcas. Esto ha provocado una rápida adaptación de las empresas, que buscan alinear sus productos y procesos con valores sostenibles para mantenerse relevantes.
Además de priorizar lo digital, los jóvenes consumidores valoran profundamente la autenticidad y el impacto social de sus elecciones. Desde moda reciclada hasta tecnología de bajo impacto ambiental, sus decisiones están moldeando nuevos estándares en la economía global. Esta transformación en las dinámicas de consumo está motivando a industrias enteras a replantear sus estrategias, no solo para captar su atención, sino para construir relaciones duraderas basadas en principios éticos.
La influencia de la generación Z también se refleja en el auge de marcas independientes y emprendimientos que nacen directamente en plataformas digitales como TikTok o Instagram. Estos nuevos actores del mercado suelen conectar rápidamente con su audiencia gracias a mensajes auténticos, productos personalizados y un fuerte enfoque en la sostenibilidad. A diferencia de generaciones anteriores, los jóvenes de hoy no solo compran un producto, sino que apoyan causas, estilos de vida y visiones del mundo. Esta tendencia está provocando una evolución en el marketing y la innovación empresarial, que ahora deben priorizar la conexión emocional y la responsabilidad social para prosperar en un entorno cada vez más consciente.
