
- La Filarmónica Nacional debutó en Cali con una presentación que mezcló lo clásico y lo ancestral, cerrando el Petronio 29 con una puesta en escena histórica.
Hoy es una de esas noches que se quedan en la memoria colectiva. Hoy, a poco de realizarse el cierre del Festival Petronio Álvarez, edición 29, se vivió algo que hasta hace poco parecía impensable: la Filarmónica Nacional de Colombia se presentó por primera vez en Cali y lo hizo desde el Petronio, uno de los escenarios más poderosos en cuanto a identidad, raíz y resistencia cultural.
Y sí, lo que pasó fue mágico. En una tarima que vibra con marimba, cununos y voces del Pacífico, apareció lo sinfónico. No para opacar ni competir, sino para sumar, para fusionarse, para encontrarse. Fue como si la marimba y los violines se conocieran de toda la vida.
“Es maravilloso, eso significa que hay unión en el país, que hay paz, que se pueden unir las culturas, que el pueblo colombiano es multidiverso en la música. Entonces, maravilloso, bienvenidos a la Filarmónica acá al Petronio”, dijo Carlos Andrés Murillo, uno de los tantos asistentes que se emocionó con esta fusión.
Lo mejor es que no fue solo una presentación bonita, fue una declaración cultural potente: la música del Pacífico puede dialogar con cualquier género, porque tiene la fuerza, la elegancia y la profundidad para hacerlo. Y eso se sintió en cada nota, en cada aplauso y hasta en el silencio que a veces se hizo en la tarima, solo para escuchar cómo el río hablaba a través de los instrumentos.
“Algo muy novedoso, me pareció que la fusión estuvo súper chévere, algo nuevo que no habíamos visto antes en el Petronio. La verdad me gustó mucho”, compartió Nasly Castaño, otra ciudadana que se quedó conmovida después del concierto.
El público respondió con respeto, alegría y una emoción que no se puede fingir. Nadie se fue temprano. Todos querían ver qué pasaba cuando la voz de la soprano Marlin González se mezclaba con un abozao, o cuando un chelo respondía al ritmo de un bombo. Fue pura magia.
“Me parece que es una manera de expresar la música del Pacífico y expandirla a otros lugares. Me parece muy chévere y la estoy disfrutando bastante”, agregó Nicole Daniela Cucunubá.
La puesta en escena fue impecable. Vestuario, luces, dirección musical… todo pensado para que el Petronio cerrara por todo lo alto. Y lo logró.
“Espectacular. Realmente nunca había visto una puesta en escena de esta forma. El hecho de que haya venido la Filarmónica de Bogotá, que esto sea a nivel nacional, y fusionarlo con esta soprano y la música de esta región, me parece algo fuera de serie. Particularmente, nunca había visto algo así”, dijo Willy Sánchez, otro de los asistentes que salió conmovido.
El alcalde de Cali, Alejandro Eder, aseguró que fue momento de celebrar con la música clásica y la música del Pacífico.
Así se va culminando poco a poco el Petronio 2025: uniendo lo clásico con lo ancestral, lo académico con lo popular, lo urbano con lo rural, en una mezcla que solo Cali puede lograr.
Sobre la presentación
Bajo la dirección del maestro Alejandro Roca, la Orquesta Sinfónica Nacional de Colombia interpretará una selección de movimientos de Diez lunas para una espera: arrullos sinfónicos, obra de Eliana Echeverry basada en el libro homónimo de la escritora chocoana Velia Vidal Romero. Esta se hizo en ensamble con las cantadoras de Semblanzas del Río Guapi.
Diez lunas para una espera: arrullos sinfónicos está estructurada en diez movimientos y un interludio instrumental. La obra entrelaza cantos tradicionales del litoral con lenguajes contemporáneos como el sinfónico, el jazz y la música de cámara.
La Filarmónica de Colombia cumplió hoy (17 de agosto de 2025) exactamente 89 años después del primer concierto oficial de la Orquesta, el 17 de agosto de 1936, cuando bajo la batuta del maestro Guillermo Espinosa interpretó obras de Gluck, Mozart y Mendelssohn en una histórica noche en Bogotá.

