La Equidad vivió una de sus peores presentaciones del semestre tras caer 3-0 ante Independiente Santa Fe en El Campín. El equipo asegurador nunca logró asentarse en el partido y las estadísticas dejaron en evidencia las grandes falencias de un conjunto que estuvo lejos de competirle a su rival.
La falta de ambición ofensiva fue uno de los aspectos más preocupantes. La Equidad apenas registró 6 remates en todo el partido, de los cuales solo 3 fueron al arco. La diferencia con Santa Fe fue abismal, pues los locales llegaron en 20 oportunidades y concretaron 5 disparos directos, lo que refleja la pasividad de los visitantes en ataque.
El control del balón también fue un punto débil para los verdes. Con solo un 34% de posesión, se vieron obligados a replegarse durante gran parte del encuentro, mientras que su rival manejó con comodidad el ritmo del juego. Esa incapacidad para sostener la pelota impidió que La Equidad pudiera salir con claridad desde su propio campo.
En la circulación del esférico, los números tampoco acompañaron. La Equidad completó apenas 255 pases en los 90 minutos, con un 76% de precisión. Santa Fe, por su parte, superó los 500 pases con un 88% de acierto, lo que evidenció la falta de conexiones y el desorden en el mediocampo asegurador.
La disciplina también jugó en contra. El equipo bogotano cometió 12 faltas, más que su rival, y terminó con 2 tarjetas amarillas. Estas cifras reflejan la frustración de un conjunto que se vio constantemente superado y que recurrió a cortar el juego con infracciones para evitar daños mayores.
Incluso en los balones parados, La Equidad estuvo ausente. No ejecutó ni un solo tiro de esquina en todo el partido, una estadística preocupante para cualquier equipo que busque alternativas ofensivas. Mientras tanto, Santa Fe generó 6 cobros desde la esquina, uno de los factores que marcaron la diferencia en el marcador final.
La derrota 3-0 deja a La Equidad con muchas dudas. Los números no solo reflejan un mal resultado, sino también un bajo rendimiento colectivo que preocupa a sus seguidores. Si no logra mejorar en la generación de juego y en la intensidad competitiva, el equipo asegurador seguirá rezagado en un torneo donde los errores se pagan caro.




