El fisicoculturista y luchador ruso Kirill Tereshin, conocido mundialmente como el “Popeye ruso” por el tamaño desproporcionado de sus bíceps, atraviesa el momento más crítico de su vida. Tras años inyectándose aceite sintético para aumentar el volumen de sus brazos, hoy enfrenta el riesgo real de amputación.
Tereshin, de 27 años, confesó entre lágrimas que su obsesión por llamar la atención en redes sociales lo llevó a decisiones extremas que ahora comprometen gravemente su salud. “Cometí una estupidez”, dijo al admitir que el uso prolongado de sustancias como Synthol provocó infecciones graves, necrosis del tejido muscular y daños irreversibles.
Los médicos han advertido que, si no se interviene a tiempo, la infección podría comprometer su vida. Sin embargo, la complejidad del caso hace que incluso una cirugía urgente no garantice la recuperación total de sus brazos.
La historia de Tereshin ha sido usada por especialistas como ejemplo de los peligros de seguir tendencias estéticas extremas y automedicarse con sustancias no reguladas que prometen resultados rápidos.
Mientras continúa su tratamiento, el “Popeye ruso” pidió a sus seguidores no repetir su error: “Lo hice por fama, por vistas… ahora puedo perder mis brazos por eso”.
