La violencia doméstica va en aumento y sin control. En las redes sociales casi a diario se conoce los casos de mujeres que sufren de violencia por su parejas y el reciente caso de Macarena Bogado volvió a sacudir las entrañas. Ella quien se desempeña como policía mostró en Instagram los golpes que le propinó el nombre que le desfiguraron su rostro.
«Esto no es amor. Esto es violencia pura. Me prometió que iba a cambiar y le creí, pero nada de lo que me dijo fue cierto», fueron las palabras con las que la policía narró la pesadilla que vivió en una entrevista a TN y La Gente. El lamentable hecho ocurrió en la localidad de Los Troncos, norte de Buenos Aires.
El último fin de semana, las relaciones entre la pareja, Adrián Jeremías Marcos, se complicaron y luego de una discusión todo terminó en una brutal golpiza luego de 8 meses de una relación que parecía normal pero que con el tiempo se convirtió en tóxica.
«Esta era yo casi todos los días, no podía y no sabía como salir de ahí», dijo la mujer en una publicación que subió a Instagram. No solo era la violencia física y psicológica, sino que también la secuestro.
También llegó a sacarle el teléfono y hasta el arma de dotación que tenía para su trabajo, la cual utilizó para amenazarla. Un descuido del agresor fue la puerta de salida de esta mujer y quien logró contactarse con una amiga que le salvó la vida.
Así comenzaron las agresiones:
Todo comenzó cuando ella decidió mudarse al apartamento de su amado y luego que sostuvieran unos meses tras ser presentados por su hermana. El primer síntoma de que algo no andaba bien fue cuando él empezó a cuestionarle sus amigos que la seguían en redes sociales.
«Dame el celular que te voy a borrar a algunos amigos porque tenés muchos”, aseguró Macarena que eso era lo que su expareja le decía.
Después pasó a la violencia física al golpearla un día con una raqueta de tenis en las piernas.
A pesar de que consiguió una restricción, el hombre seguía buscando un acercamiento, para pedirle perdón y con la promesa de que iba a cambiar.
Al final como lo amaba, le creyó y lo perdonó. Aceptó mudarse a la casa de una abuela de él que había fallecido y volver a convivir, pero la situación empeoró.
«Una vez me quiso quebrar la mano. Me manipulaba todo el tiempo. Me prohibía ver a mis amigas. No me dejaba salir», explicó.
Para el hombre el año pasado había sido difícil, pues sufrió un accidente y también perdió a una hermana.
Esta fue la gota que rebozó la copa:
Lo peor ocurrió el último domingo cuando él hizo un comentario ofensivo sobre su cuerpo que a ella le molestó y se inició una discusión.
La golpeó, la arrastró sujetándola de los pelos y la tiró al piso, informó la mujer.
«Me sacó el arma, me apuntó, se rió y tuve miedo de que me matara. También me dijo ‘¿Querés ir con tu hermana?’. Mi hermana murió hace un tiempo. Después de eso empezó a ponerme paños fríos en la cara. Salió a comprar, se llevó mi teléfono y me dejó encerrada», explicó.
Así escapó de la pesadilla:
Al día siguiente de la golpiza, el agresor regresó a la casa donde ella estuvo encerrada y la volvió a golpear para tener relaciones sexuales y luego se quedó dormido, momento que ella pudo aprovechar para tomar su teléfono y contactarse con una amiga para pedir ayuda.
«Me comuniqué con ella para decirle que no iba a poder ir a trabajar y sobre todo para que supiera mi ubicación por si terminaba muerta. A las horas llegaron los patrulleros, me rescataron y a él se lo llevaron preso», dijo la joven de la Policía Bonaerense, quien logró.
