La Administración para el Control de Drogas de Estados Unidos (DEA) acusó al gobierno de Nicolás Maduro de operar como un “Estado narcoterrorista”, al colaborar con grupos armados colombianos en el tráfico de drogas hacia Norteamérica.
El director de la agencia, Terry Cole, afirmó en una entrevista con Fox News que el régimen venezolano mantiene alianzas activas con las guerrillas de las FARC y el ELN, facilitando el envío de cantidades récord de cocaína hacia los carteles mexicanos, que posteriormente la introducen en territorio estadounidense.
“Venezuela se ha convertido en un Estado narcoterrorista que colabora con las FARC y el ELN para enviar este veneno a Estados Unidos, provocando la muerte de cientos de miles de ciudadanos”, declaró Cole.
Tráfico en aumento y advertencia de Washington
Cole aseguró que, pese al fortalecimiento de las operaciones antidroga durante la administración del presidente Donald Trump, las autoridades estadounidenses han incautado más cocaína este año que en periodos anteriores, además de observar un aumento sostenido en el ingreso de metanfetamina y fentanilo al país.
El funcionario vinculó directamente la crisis venezolana con la expansión del crimen organizado regional: “La corrupción y la dictadura venezolana actúan en complicidad con redes criminales como el Tren de Aragua, que ya ha extendido sus tentáculos hacia suelo estadounidense”, afirmó.
Escalada en el Caribe
Las declaraciones de la DEA se producen en un contexto de creciente tensión militar en el Caribe, luego de que la Casa Blanca anunciara el despliegue de tres buques de guerra con unos 4.000 soldados cerca de las costas venezolanas.
El martes, la portavoz presidencial Karoline Leavitt aseguró que Washington está dispuesto a “usar todo su poder” para frenar el flujo de drogas hacia Estados Unidos, lo que Caracas ha interpretado como una amenaza directa.
Hasta el momento, el gobierno de Nicolás Maduro no ha emitido una respuesta oficial a las acusaciones de la DEA, aunque en anteriores ocasiones ha rechazado señalamientos similares, calificándolos de “campañas de difamación” promovidas por Washington.




