
El pasado 20 de enero, en el Centro Cultural de Cali, trabajadores que prestaron sus servicios durante la COP-16 en diferentes comunas de la ciudad realizaron una huelga. Estos trabajadores, fundamentales en la organización de actividades del evento, denunciaron irregularidades de manera anónima por temor a represalias que podrían dejarlos sin trabajo en su sector durante los próximos tres años.
Según los manifestantes, el proyecto, aunque ampliamente promocionado, carecía de un presupuesto suficiente para financiar las actividades previstas. “Nos engañaron con promesas falsas y nos obligaron a trabajar en actividades que no podían costear. Esto nos ha dejado endeudados y con la sensación de haber sido estafados”, afirmó uno de ellos.
Durante cinco meses, estos trabajadores asistieron a reuniones con los encargados de gestionar los recursos y las actividades de la COP-16. Sin embargo, aseguran que solo recibieron burlas, amenazas y promesas vacías. “Nos decían que todo estaría bien, pero terminamos trabajando sin recibir un pago justo. Ahora muchos estamos endeudados y no sabemos cómo saldaremos esas deudas”, agregó otro de los manifestantes.
Los trabajadores exigen a los organizadores cumplir con los acuerdos, pagas los salarios pendientes y tomen medidas para evitar que se repitan en futuros proyectos. Esta huelga expone las tensiones y problemas que enfrentan los trabajadores en Cali, quienes reclaman un trato justo y transparente por parte de las autoridades. La comunidad espera que las autoridades actúen con urgencia para resolver esta situación y garantizar un mejor apoyo a los trabajadores culturales.




