La Organización Meteorológica Mundial (OMM) confirmó que la capa de ozono, esencial para proteger la vida en la Tierra de la radiación ultravioleta, muestra una recuperación constante. Este avance se debe principalmente a la implementación del Protocolo de Montreal, que desde 1987 restringió el uso de sustancias que la destruían, como los clorofluorocarbonos (CFC).
Un éxito de la cooperación internacional
La OMM destacó que este resultado es una prueba de cómo la cooperación internacional puede revertir un grave problema ambiental. Los esfuerzos coordinados entre gobiernos, científicos y organismos multilaterales lograron reducir significativamente la emisión de químicos que afectaban el ozono.
Según los expertos, si se mantiene la tendencia actual, la capa podría recuperar sus niveles naturales en gran parte del planeta hacia mediados de este siglo.
Beneficios directos para la salud y el ambiente
La capa de ozono actúa como un escudo protector que filtra los rayos ultravioleta. Su recuperación implica una reducción de riesgos de cáncer de piel, cataratas y daños a los ecosistemas. Además, protege la producción agrícola y los sistemas marinos, vitales para la seguridad alimentaria global.
Un impulso contra el cambio climático
La eliminación de sustancias que dañaban la capa de ozono también contribuyó a reducir gases de efecto invernadero, fortaleciendo la lucha contra el cambio climático. Para la OMM, este doble beneficio confirma que las políticas ambientales efectivas generan impactos positivos en varios frentes.
Un llamado a mantener el compromiso
Aunque los avances son significativos, los científicos advierten que no se debe bajar la guardia. La vigilancia constante y el cumplimiento de acuerdos internacionales siguen siendo claves para asegurar una recuperación completa y duradera.




