La actriz de padres e hijos revela su dolorosa experiencia de abuso infantil

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En una emotiva entrevista en La Red de Caracol TV, la actriz Érika Glasser, conocida por su participación en la exitosa serie Padres e Hijos, compartió por primera vez una de las experiencias más dolorosas de su vida: fue víctima de abuso cuando tenía solo seis años. Glasser reveló que el agresor fue un profesor de su colegio, y aunque en ese momento no comprendía completamente la situación, el miedo y la confusión marcaron profundamente su infancia.

Lo que parecía ser una vida tranquila para una niña pequeña se transformó en una experiencia aterradora, una que la actriz mantuvo en silencio durante muchos años. Érika compartió que, tras los abusos, sentía un profundo rechazo hacia su propio cuerpo, se lavaba constantemente y trataba de olvidar lo sucedido como si nunca hubiera ocurrido. Esta angustia constante la acompañaba al regresar al colegio, donde vivía aterrada, sin poder verbalizar lo que sentía. La historia de Glasser es una triste realidad para muchos niños que sufren en silencio y no tienen la posibilidad de encontrar un refugio en quienes deberían protegerlos.

Esta revelación tiene un trasfondo muy significativo en la actualidad, cuando Érika Glasser interpreta a una mujer víctima de abuso en la película En lo profundo. A través de este papel, la actriz se conecta con su propia experiencia, entendiendo el dolor y la incomodidad que puede generar revivir esos recuerdos traumáticos. Esta película no solo representa un reto profesional para Glasser, sino también una oportunidad de sanar, reflejando la resiliencia que tantas personas encuentran al enfrentar los demonios del pasado.

La reflexión que surge tras escuchar el testimonio de Glasser es la importancia de romper el silencio. Muchos niños, como la actriz, sienten que no tienen voz para denunciar abusos, pero es fundamental que aprendamos a escuchar, apoyar y proteger a quienes atraviesan situaciones de vulnerabilidad. El abuso no solo deja cicatrices físicas, sino también emocionales, que perduran durante toda la vida, afectando la autoestima y las relaciones en la vida adulta.

Hoy, Érika Glasser nos invita a reflexionar sobre la importancia de hablar y apoyar a quienes han sido víctimas de abuso. Romper el silencio puede ser el primer paso hacia la sanación y la protección de futuras generaciones. Sin duda, su valentía al compartir su historia es una lección de coraje, sanación y, sobre todo, de esperanza.


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