El gobierno ucraniano ha denunciado que Rusia estaría aplicando un sistema de adoctrinamiento masivo dirigido a niños ucranianos trasladados a la fuerza desde los territorios ocupados. Según las autoridades de Kiev, se trata de un enfoque “industrial” que involucra decenas de instalaciones repartidas tanto en territorio ruso como en zonas controladas por Moscú.
En estos centros, los menores son sometidos a programas intensivos de reeducación ideológica y entrenamiento militar. Las actividades incluyen ejercicios tácticos, instrucción con equipo bélico y formación patriótica alineada con la narrativa del Kremlin. También se reportan castigos, aislamiento y presión psicológica como parte del proceso.
Ucrania sostiene que estas prácticas buscan desarraigar la identidad nacional de los niños y convertirlos en instrumentos de propaganda. La recuperación de los menores secuestrados ha sido definida por Kiev como una prioridad absoluta y una condición esencial para cualquier futura negociación de paz.



