El partido terminó con un empate 1-1 que refleja la paridad y la intensidad vivida en el terreno de juego. Bajo la dirección técnica de Alfredo Arias, el equipo mostró momentos de buen juego, aunque no logró romper la igualdad en los minutos finales.
Desde el punto de vista estadístico, el equipo bajo el mando de Arias mantuvo un control del balón cercano al 50%, con ligeras variaciones que reflejan la lucha constante por la posesión. Los números de remates al arco estuvieron equilibrados, mostrando un esfuerzo ofensivo por parte de ambas escuadras.
A lo largo del partido, el equipo registró un total de 7 tiros, con solo uno convertido en gol, lo que representa una efectividad limitada en la definición. Esta estadística resalta la necesidad de mejorar la precisión para poder capitalizar las oportunidades generadas.
En cuanto a los pases, la precisión del equipo fue del 80%, lo que indica un buen nivel de control y circulación del balón, aunque esto no se tradujo en una ventaja en el marcador. La capacidad de mantener el balón fue un aspecto positivo durante gran parte del partido.
El empate en los minutos finales generó un ambiente de frustración entre los jugadores, quienes veían la posibilidad de una victoria que finalmente se escapó. Sin embargo, el equipo dirigido por Alfredo Arias supo mantener la calma para asegurar al menos un punto en casa.
El rendimiento disciplinario también jugó un papel importante, con algunas tarjetas amarillas que condicionaron el ritmo del equipo en la parte final. Esto pudo influir en la capacidad de mantener el impulso ofensivo en el tramo decisivo.
En definitiva, el empate refleja un partido parejo y lleno de estadísticas que muestran un equipo competitivo bajo la batuta de Alfredo Arias, que deberá trabajar para convertir esas oportunidades en victorias en las próximas jornadas de los cuadrangulares finales
