El Junior de Barranquilla sufrió una dura derrota 0-1 ante Deportes Tolima en el estadio Metropolitano, en un encuentro correspondiente a la jornada 14 del Torneo Clausura. El resultado, más allá del marcador, deja preocupaciones en el entorno rojiblanco, pues el equipo volvió a mostrar falta de contundencia y fragilidad en momentos clave, lo que pone bajo la lupa el trabajo del técnico Alfredo Arias.
El conjunto barranquillero arrancó con ímpetu y control del balón, pero una desatención temprana le costó caro. Juan Pablo Torres Patiño adelantó al Tolima al minuto 13, y desde entonces el cuadro local no logró traducir su dominio en goles. A pesar de tener la posesión y generar ocasiones, la falta de efectividad volvió a ser un problema recurrente para Junior, que no encuentra soluciones en el último tercio del campo.
Las estadísticas reflejan una superioridad estéril. Junior registró 15 remates, cinco de ellos al arco, frente a los nueve y tres del visitante. Además, controló el 55% de la posesión y completó 413 pases con un 81% de precisión, superando los 360 y el 78% del Tolima. Sin embargo, esos números no se tradujeron en peligro real ni en el marcador, una tendencia que preocupa cada vez más en el entorno rojiblanco.
El equipo de Arias tuvo momentos de presión alta y control territorial, pero se encontró con un rival disciplinado y eficaz. Tolima, con menos balón, supo cerrar los espacios y castigar los errores defensivos del local. El dominio de Junior fue más visual que productivo, un síntoma que se ha repetido en las últimas fechas y que evidencia la falta de profundidad en la propuesta ofensiva.
En el aspecto disciplinario, los tiburones tampoco pudieron mantener la calma. Cometieron 12 faltas y vieron tres tarjetas amarillas, reflejo de la frustración que generó la imposibilidad de romper el bloque defensivo visitante. El equipo perdió claridad con el paso de los minutos y terminó recurriendo a centros forzados o remates lejanos sin peligro, ante una afición que mostró su descontento.
La derrota en casa agrava el panorama para Junior, que no logra consolidar una racha positiva y empieza a ver comprometida su posición en la tabla. El proyecto de Alfredo Arias, que en su inicio prometía solidez y equilibrio, hoy genera dudas por la falta de resultados y la poca contundencia ofensiva. Las alarmas se encienden, especialmente porque el equipo luce sin variantes tácticas cuando el partido se complica.
Con seis jornadas por disputar, Junior deberá reaccionar de inmediato si quiere mantener vivas sus aspiraciones de clasificación. El Metropolitano, que antes era un fortín, se ha convertido en un escenario de frustración reciente. La derrota ante Tolima no solo duele por los puntos perdidos, sino por lo que revela: un equipo que juega, pero no concreta; que domina, pero no gana; y un técnico que, bajo presión, necesita respuestas urgentes para recuperar la confianza del plantel y la hinchada.
