La familia de Junior Vanegas exigen justicia por la muerte del joven. Alegan que falleció dentro de una celda en la estación de Policía de Teusaquillo y alegan que llevan más de 6 meses esperando la Fiscalía les dé una respuesta, pero la hermana de la víctima asegura que el ente investigador ni siquiera los escucha.
Junior Vanegas es un ciudadano norteamericano aprehendido por la Policía, dice la familia, mientras hacía deporte en el Parque Simón Bolívar de Bogotá en junio pasado. Una mujer lo denunció por supuestamente haberle mostrado las partes íntimas a su hija. Junior fue capturado, cobijado con medida de aseguramiento y, según sus seres queridos, lo mataron en la estación de Policía de Teusaquillo.
El joven ingresó el 9 de junio a la estación de Policía y según su hermana, al día siguiente, 10 de junio de 2022, él la llamó a través de un teléfono celular desde la celda de Teusaquillo pidiendo ayuda. El le dice lo siguiente: “los Policías me están pegando, los presos me están pegando’, a lo que yo respondo: ‘tranquilo, hermanito ya voy’, y se corta la llamada.
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Camino a la estación de Teusaquillo, Cindy recibe otra llamada de uno de los señalados custodios de su hermano. “Un patrullero de nombre Hugo Bonilla me dice que a él se lo habían llevado muy mal, lesionado, a la Clínica Palermo. Cuando llegué a la Clínica Palermo, mi hermano estaba esposado y con muerte cerebral”, manifestó la mujer.
Ante el silencio de la Fiscalía, la familia de Junior desde Estados Unidos contrató un investigador privado que viajó a Colombia para encontrar a los responsables del crimen y para demostrar la inocencia de su hijo y hermano. Efectivamente por medio de varios intentos por recopilar pruebas que corroboran que Junior Venegas fue asesinado, logró conseguir testimonios de reclusos que ese día estuvieron con él sobre todo lo sucedido, audios, fotos y videos del hecho y de toda la mafia que allí dentro se maneja en cabeza de los uniformados.
