Para las empresas, oportunidades como los Juegos Olímpicos han representado un gran momento de marketing, combinando el rendimiento deportivo de élite con el entretenimiento, la cultura y la comunidad.
En última instancia, los ganadores serán premiados no por sus niveles de inversión, sino por su capacidad para construir conexiones significativamente diferentes.
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Además, se puede ver una interacción más directa en las redes sociales entre atletas, marcas y fanáticos a través de plataformas sociales en París, incluido TikTok, que todavía era una curiosidad más de nicho en muchos mercados en los días de los Juegos de 2021 y 2022.
Oportunidades de patrocinio
En ese orden de ideas, el Sports Monitor Athlete Reputation Tracker mostró que los atletas olímpicos, tanto del pasado como del presente, siguen siendo opciones muy deseables para las marcas que buscan oportunidades de patrocinio.
Atletas como Michael Phelps, Simone Biles, Katie Ledecky y Suni Lee están en la lista de los 50 principales, y nuevos nombres que se unen a sus filas en beneficio de las marcas lo suficientemente ágiles para asociarse con las estrellas que emergen de París.
Además, algunas de las marcas más en forma del mundo se han alineado para asociarse con los Juegos Olímpicos. Con todas las miradas puestas en el país anfitrión, las marcas francesas en particular tienen una gran oportunidad de mostrar sus historias en el escenario global.
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Particularmente, los socios oficiales incluyen marcas francesas, muchas de las cuales están clasificadas en las más valiosas, como Louis Vuitton, Dior, Air France, Orange, Decathlon, Carrefour, EDF, FDJ y Danone.
Por ejemplo, LVMH, uno de los nombres corporativos más notables en los Juegos, está presente de diversas maneras: medallas diseñadas por su casa de joyería parisina, Chaumet, y hospitalidad organizada por Moët y Chandon.
La casa de lujo tiene la oportunidad de fortalecer su reputación corporativa entre una amplia audiencia y predisponer a más personas a pensar positivamente sobre sus marcas, especialmente en un momento de desafíos por el costo de vida y las presiones inflacionarias.
Además, no solo los socios oficiales pueden beneficiarse de la fiebre olímpica. Por ejemplo, las campañas bien cronometradas a través de canales no oficiales pueden atraer igual de fácil a una audiencia global. Un ejemplo destacado es la batalla entre Adidas y Nike, entre otros.



