El nombramiento de Cristian David Ávila Marín, en la Dirección de Desarrollo Rural de la Secretaría de Agricultura de Ibagué, ha generado una fuerte controversia tras revelarse su historial de denuncias y procesos legales. El funcionario, recomendado por el esposo de la alcaldesa Johana Aranda, Juan Arturo, es objeto de cuestionamientos que contrastan con las políticas de ética y transparencia promovidas por la administración local. La designación de Ávila Marín ha despertado una ola de críticas debido a su historial de violencia intrafamiliar, incumplimientos en la cuota alimentaria, deudas impagas y otros señalamientos legales.


A pesar de los lineamientos de la alcaldesa Aranda, quien ha reiterado la importancia de la conducta intachable de los funcionarios, la situación de Ávila Marín contradice estos principios. Sin embargo, los antecedentes de Ávila Marín, denunciados por varios ciudadanos, ponen en entredicho estos valores y han generado cuestionamientos sobre la coherencia de la administración en su selección de personal.
La denuncia señala que Ávila Marín ha enfrentado múltiples procesos judiciales. Uno de ellos, instaurado por su excompañera sentimental, Norma Carolina Rodríguez Cardozo, en el Juzgado Penal Municipal de Ibagué, corresponde a una acusación de violencia intrafamiliar en 2017, que terminó archivada tras una conciliación con la demandante. Otro proceso, del año 2013, refleja una demanda de alimentos interpuesta por María Ginneth Saavedra Suárez en el Juzgado 10 Penal Municipal de Ibagué, la cual fue archivada tras el cumplimiento temporal de la obligación por parte del funcionario, aunque el compromiso de manutención continúa vigente.
Además, Ávila Marín acumula al menos diez procesos por incumplimiento de obligaciones financieras y demandas por lesiones personales, lo cual ha sido motivo de preocupación entre sectores de la comunidad. En uno de estos procesos, fue obligado a pagar una multa tras hacer uso indebido de una tarjeta de crédito ajena. La acumulación de estas denuncias, que reflejan patrones de conducta poco éticos, plantea dudas sobre su idoneidad para un cargo de dirección en la administración pública. La alcaldesa Johana Aranda, quien ha impulsado eventos como la carrera atlética “¡Ni una más!” En el marco del Día Internacional de la Mujer, ha manifestado públicamente su compromiso con la igualdad de género y el respeto hacia las mujeres. En este contexto, la presencia de Ávila Marín en su equipo de trabajo ha suscitado interrogantes sobre el verdadero alcance de este compromiso y sobre la responsabilidad de la administración en mantener altos estándares de conducta para quienes ocupan posiciones de liderazgo.




