Desde motocicletas de alta gama como de bajo cilindraje, se encuentran conduciendo diferentes jóvenes en la ciudad de Girardot, muchos de estos sin los cascos correspondientes. Así lo aseguraron los conductores que frecuentemente atraviesan la zona para llegar a municipios como Nariño o Flandes, este último correspondiente a la nueva ruta que deben tomar luego del cierre del Puente Mariano Ospina. Sin embargo, diferentes conductores aseguraron que han sufrido afectaciones en sus vehículos o estuvieron a punto de chocar por la irresponsabilidad de dichos motociclistas.
La denuncia
Según información proporcionada por los conductores, las horas escogidas por los motociclistas para realizar este tipo de acciones sería aproximadamente a las 8:00 de la noche, asegurándose que no hay mucho flujo vehicular ni policía de Tránsito que regule los ‘piques’. “Comienzan luego de la bajada que se encuentra a la entrada de la vía, y de ahí alguien les cronometra el tiempo, entonces a medida que aceleran pues se va volviendo más peligroso tanto para ellos como para nosotros que nos encontramos en la carretera con nuestros vehículos”, aseguró Yoser Díaz, habitante de Flandes.
Involucrados
Quienes estarían realizando estas prácticas serían jóvenes de no más de 20 años, en motocicletas de alto o bajo cilindraje y sin cascos cerrados. A lo que la comunidad les hizo un llamado a las autoridades viales para hacer más presencia en esta zona, teniendo claro que es un sector que permanece sin la correcta iluminación vial y puede ser un riesgo para quienes realizan prácticas peligrosas en sus motocicletas y quienes conducen a altas horas de la noche.
Testigos
“La última vez que los vi fue el fin de semana, cuando salí tarde de trabajar e iba en el carro para Flandes. Entonces una moto me rebasó y luego otras dos, pero entonces si yo iba a casi 60 kilómetros por hora, a qué velocidad irían ellos, y si se llegan a caer y alguien les pasa por encima, entonces le echan el muerto es a uno”, puntualizó Díaz. Además, afirmó que no se ve una regulación constante por parte de las autoridades viales, ni mucho menos retenes de la Policía que permitan verificar el estado de los vehículos.
