Mientras miles de jóvenes soachunos amanecen cada día para viajar horas hasta Bogotá en busca de un empleo que probablemente no conseguirán, el concejal por el estatuto de la oposición Danny Caicedo presentó una propuesta que podría cambiar esa realidad. Se llama «XuExcelencia – Primer Empleo para la Juventud»..
Las cifras no mienten. El desempleo juvenil en Soacha ronda el 17,7%, una de las tasas más altas del país. No estamos hablando de jóvenes sin preparación. Muchos tienen título de bachiller, otros están en la universidad o ya se graduaron. El problema no es la falta de talento, es la falta de oportunidades. Y ese círculo vicioso que todos conocemos: no te contratan porque no tienes experiencia, pero no puedes tener experiencia porque nadie te contrata.
Lo interesante del proyecto de Caicedo es que no inventa el agua tibia. Toma la Ley 2214 de 2022, que obliga a destinar el 10% de los contratos públicos sin requisito de experiencia a jóvenes, y la aterriza en Soacha. Es decir, no está pidiendo favores ni creando burocracia adicional. Está exigiendo que se cumpla una ley que ya existe pero que, como tantas otras, ha quedado en el papel.
El programa propone que todas las entidades municipales —secretarías, institutos descentralizados, empresas públicas— destinen ese 10% de sus contratos de prestación de servicios a jóvenes entre 18 y 28 años que vivan en el municipio y no tengan experiencia profesional. Y aquí viene lo que diferencia este proyecto de otros y es que el criterio de selección se basa en el mérito académico.
XuExcelencia prioriza a quienes hayan obtenido mejores resultados en las pruebas Saber 11, Saber TyT y Saber Pro. Es una manera de decirles a los jóvenes que estudiar sí vale la pena, que esforzarse tiene recompensa. En un país donde muchas veces sentimos que el estudio no lleva a ninguna parte, este mensaje es poderoso.
Pero el proyecto no se queda ahí. Entiende que la excelencia académica no es el único criterio válido. Por eso incluye un enfoque diferencial que garantiza espacios para jóvenes con discapacidad, víctimas del conflicto armado, población étnica, madres y padres cabeza de hogar, y personas en condición de vulnerabilidad. Es decir, equilibra mérito y equidad, algo que no siempre es fácil de lograr.
Lo que realmente cambia
Los números importan. Según las proyecciones, este programa podría beneficiar a mas de 200 jóvenes cada año. Son 200 familias que verán a sus hijos llegar con un contrato en la mano. Son 200 primeras experiencias laborales que abrirán puertas. Son 200 hojas de vida que ya no estarán en blanco.
La vinculación será por mínimo 11 meses continuos, lo suficiente para que los jóvenes aprendan, se adapten al mundo laboral y tengan algo real que mostrar en su próxima entrevista. Y como el programa es rotativo, cada año habrá nuevas convocatorias, nuevas oportunidades.
¿Qué pasa después de esos 11 meses? El proyecto no promete empleo eterno, y sería irresponsable hacerlo. Lo que sí ofrece es experiencia certificada, un sello de calidad que dice «esta persona ya trabajó, ya demostró que puede, ya tiene referencias». En un mercado laboral donde la experiencia es la moneda de cambio, eso lo cambia todo.
Uno de los puntos más importantes del proyecto es que no genera gasto adicional para el municipio. No se trata de crear nuevos contratos o inventar cargos. Se trata de que, dentro de la contratación que ya está presupuestada, se reserve ese 10% para jóvenes. Es una redistribución inteligente de recursos que ya existen.
La Dirección de Desarrollo Económico se encargará del seguimiento, con apoyo de la Secretaría de Educación para verificar los puntajes de las pruebas Saber. La Secretaría Jurídica velará por el cumplimiento. Hay estructura, hay responsables, hay mecanismos de control.
Más allá de los artículos y los porcentajes, lo que propone XuExcelencia es un cambio de mentalidad. Es pasar de ver a los jóvenes como «el futuro» a reconocerlos como el presente. Es entender que cuando un joven no encuentra empleo, no solo pierde él, pierde toda la sociedad.
El concejal Caicedo insiste en que desde el Concejo se puede hacer la diferencia. Y este proyecto lo demuestra. No es populismo, no es demagogia. Es una propuesta concreta, con base legal, sin impacto fiscal, con enfoque social y criterios claros.
Soacha puede convertirse en ejemplo nacional de cómo un municipio le cumple a su juventud. No con promesas, sino con contratos. No con discursos, sino con oportunidades reales.Los jóvenes de Soacha ya demostraron que pueden. Obtuvieron buenos resultados en sus pruebas, terminaron sus estudios, siguen intentando. Ahora le toca al municipio demostrar que también puede, que también cree en ellos.
XuExcelencia no es la solución mágica al desempleo juvenil. Pero es un primer paso real, concreto y necesario. Y a veces, lo único que un joven necesita para cambiar su historia es exactamente eso, un primer paso.




