A sus 16 años, Laura Gabriela Quevedo Castaño, una estudiante destacada de un colegio público en Villavicencio, ha conseguido lo que para muchos es un sueño inalcanzable: ser seleccionada para participar en el programa ‘Ella es Astronauta’, una iniciativa que abre las puertas del conocimiento científico y espacial a jóvenes talentosas de Latinoamérica. Proveniente del sector de Ciudad Porfía, de estrato 1, Gabriela se ha convertido en un símbolo de superación y empoderamiento femenino en su comunidad.
De Ciudad Porfía a la NASA
El programa ‘Ella es Astronauta’, impulsado por SLB (Schlumberger), tiene como objetivo principal brindar a jóvenes de países como Colombia, Perú y Ecuador la oportunidad de experimentar la vida de un astronauta y explorar carreras en las áreas STEAM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería, Arte y Matemáticas). Este año, la convocatoria fue recibida con gran interés, acumulando 7.145 postulaciones de niñas y jóvenes que compartieron sus propuestas y aspiraciones de ser parte de esta experiencia única. Gabriela fue una de las pocas seleccionadas entre esta amplia competencia, siendo la única representante del departamento del Meta y una de las 12 jóvenes colombianas elegidas para conformar la tripulación final.
La selección fue rigurosa, pasando por diversas fases de evaluación que incluyeron pruebas académicas, análisis de competencias en habilidades blandas, liderazgo y creatividad, donde Gabriela destacó.
Preparación
Como parte de este programa, Gabriela tuvo acceso a una plataforma virtual donde participó en sesiones intensivas diseñadas para expandir sus conocimientos y habilidades en diversos campos. Recibió formación en habilidades blandas y duras, esenciales para su desarrollo personal y profesional, y participó en charlas inspiracionales y actividades orientadas a la construcción de proyectos. Además, se le introdujo a los conceptos de bienestar integral, elementos cruciales para el desarrollo de futuras líderes que transformen sus comunidades.
Viviendo el sueño
La cima de su experiencia llegó cuando viajó a Houston, Texas, para pasar una semana en el Centro Espacial de la NASA y en las instalaciones de SLB. Allí, Gabriela tuvo el privilegio de experimentar en primera persona lo que es ser un astronauta, interactuar con expertos del campo y participar en simulaciones espaciales.
Al pisar el suelo de la NASA, Gabriela se convirtió en la primera llanera en la historia del Meta en lograr este hito, abriendo puertas y dejando una huella inspiradora para las futuras generaciones. Desde su regreso, Gabriela ha continuado promoviendo el empoderamiento femenino y la importancia de la educación en áreas científicas y tecnológicas.




