Un escándalo sexual protagonizado por monjes budistas en Tailandia reveló esta semana el fastuoso modo de vida de algunos de ellos y llevó a los devotos a cuestionar su fe en esta religión tan arraigada en el reino del sudeste asiático.
La policía detuvo esta semana cerca de Bangkok a una mujer de 35 años apodada Golf, acusada de mantener relaciones sexuales con al menos 11 monjes y de amenazarlos con divulgar pruebas de sus encuentros íntimos si no le pagaban dinero. Los investigadores han rastreado pagos estimados en 385 millones de bahts (casi 12 millones de dólares) a lo largo de los últimos tres años, así como 80.000 fotos y videos, que supuestamente habrían servido para el chantaje.
Este caso sacó a la luz el fastuoso y libertino estilo de vida de algunos de estos hombres en túnicas de color azafrán que desempeñan un papel central en la vida diaria tailandesa.
Los monjes viven tradicionalmente de limosnas, ofrendas de comida y un estipendio mensual de 170 dólares, aunque algunos cobran por dirigir conferencias, bendiciones y ceremonias.
También se rigen por una serie estricta de 227 normas que incluyen la prohibición de masturbarse, tocar a mujeres o incluso tomar objetos directamente de ellas.



