Joven fue baleado al interior de su vivienda en Barbacoas

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Una tragedia sacudió al municipio de Barbacoas, cuando un grupo de hombres armados irrumpió en la vivienda de Stiven Pérez, un adolescente de apenas 17 años, y lo asesinó sin piedad frente a su familia.

El hecho ocurrió hacia las 2:00 de la mañana en la vereda El Barro, corregimiento de Altaquer, donde los atacantes llegaron con violencia, forzaron la entrada y dispararon contra el joven, dejando la escena marcada por el terror y la impotencia.

La noticia se extendió rápidamente y desató la furia de la comunidad, que decidió tomarse la vía Pasto–Tumaco como forma de protesta para rechazar el homicidio del menor de edad.  

Con llantas encendidas, piedras y pancartas improvisadas, los habitantes bloquearon la carretera para exigir justicia, clamando que este crimen no quede impune y que el Estado garantice de una vez por todas la seguridad de los pobladores de esta zona históricamente golpeada por la violencia.

Crimen  

El asesinato de Stiven reaviva el temor que se vive en Barbacoas, donde la presencia de grupos armados ilegales, la pobreza y el abandono estatal mantienen a la población en permanente riesgo. La comunidad denuncia que los jóvenes son las principales víctimas de la violencia y el reclutamiento forzado, y aseguran que la muerte de este adolescente es una muestra más del olvido en que viven.

El asesinato de Stiven reaviva el temor que se vive en Barbacoas, donde la presencia de grupos armados ilegales, la pobreza y el abandono estatal mantienen a la población en permanente riesgo. La comunidad denuncia que los jóvenes son las principales víctimas de la violencia y el reclutamiento forzado, y aseguran que la muerte de este adolescente es una muestra más del olvido en que viven. “Estamos cansados de enterrar a nuestros hijos, aquí nadie responde por la vida de los muchachos”, señaló con indignación un líder local. Otros habitantes expresaron que los jóvenes sienten que no tienen futuro y que la violencia se ha convertido en un obstáculo para estudiar, trabajar y soñar con una vida mejor.

Manifestación El bloqueo de la vía ha puesto bajo presión a las autoridades departamentales y nacionales, que intentan mediar con los manifestantes. Sin embargo, los pobladores insisten en que no levantarán la protesta hasta que se les den garantías reales de seguridad y se esclarezca el crimen. Entre tanto, familiares y amigos lloran la repentina partida de Stiven, recordándolo como un joven alegre, trabajador y con muchos proyectos truncados por la violencia. Su nombre se convierte hoy en símbolo de resistencia y en el grito colectivo que retumba en las carreteras del Pacífico: “¡Justicia para Stiven, justicia para nuestros jóvenes!”


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