El pasado jueves 20 de marzo, un trágico incidente se registró en pleno vuelo entre Bogotá e Ipiales conmocionando a sus pasajeros y a toda la comunidad residente en el municipio fronterizo. Según las primeras versiones una joven de aproximadamente 18 años de edad, de quien hasta el cierre de esta edición se desconoce su identidad, perdió la vida después de al parecer haber manifestado intensos dolores de cabeza mientras viajaba acompañada de su madre en avión.
Según las versiones preliminares acerca de lo ocurrido, la joven comenzó a quejarse de un fuerte dolor de cabeza en medio del vuelo, llegando incluso a empeorar por lo cual la tripulación fue alertada. Ante la gravedad de la situación, se solicitó una atención médica urgente en el aeropuerto San Luis, ubicado en Ipiales, donde se disponía de un equipo médico y una ambulancia para recibirla tan pronto como el avión aterrizara.
Por lo anterior, de manera inmediata la joven fue estabilizada con el fin de efectuar su traslado a un centro asistencial de Ipiales, donde no fue posible hacer nada al respecto ya que había llegado sin signos vitales. Se presume a que todo apuntaría a que se trató de un aneurisma cerebral sin embargo se espera el pronunciamiento oficial de las autoridades de salud para confirmar la causa exacta de la tragedia.
Hasta el momento, la aerolínea no ha emitido un comunicado oficial respecto al incidente, lo que ha aumentado la incertidumbre sobre lo sucedido. Los familiares de la joven, quienes se encontraban en estado de shock, aún esperan respuestas claras sobre las circunstancias de su muerte.
El trágico suceso ha abierto un debate sobre la rapidez y eficacia de las respuestas médicas en vuelos comerciales y la preparación de las aerolíneas ante emergencias de salud, especialmente cuando ocurren complicaciones tan graves como un aneurisma, que pueden evolucionar rápidamente y poner en riesgo la vida del pasajero.
