El Fútbol Profesional Colombiano (FPC) se enfrenta a una crisis de imagen luego de las recientes negociaciones fallidas entre James Rodríguez y varios clubes nacionales, incluido el Atlético Junior. A pesar de ser una de las figuras más emblemáticas del fútbol colombiano, la actitud de James en torno a su posible regreso al país ha generado malestar entre la hinchada y los directivos, quienes lo acusan de utilizar al Junior como una estrategia para mejorar sus ofertas internacionales, especialmente después de su fichaje por el Club León de México.
El escaso interés de James por comprometerse con el Junior, sumado a las altas exigencias salariales que desbordaron el presupuesto del club, ha dejado una sensación de desconfianza en el entorno del fútbol colombiano. Muchos consideran que el mediocampista utilizó el nombre del equipo barranquillero para presionar por un contrato más lucrativo en el extranjero, algo que no ha sido bien recibido por los aficionados, quienes consideran que «nadie debe estar por encima del Junior».
Con la salida de James Rodríguez hacia la Liga MX, el FPC se enfrenta a una imagen dañada, pues la falta de un compromiso genuino de sus estrellas con los clubes colombianos genera desconfianza y frustración entre los hinchas. Mientras tanto, el mediático fichaje de Rodríguez por el León ha avivado el debate sobre el verdadero interés de los futbolistas colombianos por el fútbol local, en un contexto donde la competitividad y la fidelidad parecen estar perdiendo terreno frente a intereses económicos.
