James Rodriguez mas afuera que adentro del León de México

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La eliminación del León en el torneo Apertura 2025 de la Liga MX dejó una sensación amarga y una larga lista de interrogantes en torno al futuro del club. El equipo guanajuatense, que llegaba con la expectativa de ser protagonista, terminó cayendo ante el América en una serie que evidenció carencias tácticas, falta de cohesión y un desgaste anímico evidente.

El técnico Ignacio Ambriz, con semblante serio y palabras medidas, reconoció los errores y asumió la responsabilidad por el bajo rendimiento. En su análisis, habló con autocrítica y sin rodeos, señalando que el grupo no logró sostener la intensidad necesaria para competir al máximo nivel. “Hay que ser autocríticos. No hicimos un mal torneo, pero en los momentos importantes nos faltó carácter”, comentó tras la derrota.

Sin embargo, el punto que más atención generó fue su referencia al futuro de James Rodríguez, quien termina contrato y podría no continuar con el club. “Tengo buena relación con él, pero se le acaba el contrato y en eso no me meto”, expresó Ambriz, dejando entrever que las decisiones sobre renovaciones y salidas podrían no depender únicamente de su voluntad.

Más allá de la declaración diplomática, el tono del entrenador fue interpretado como una señal de cambios profundos en la estructura del plantel. “En mi cabeza empiezo a armar un rompecabezas diferente al que tengo actualmente”, dijo, una frase que encendió las alarmas entre los aficionados y que sugiere una reconfiguración total de la plantilla para el próximo torneo.

El León, que durante años se caracterizó por su estilo ofensivo y su capacidad para competir al más alto nivel, parece entrar en una etapa de transición. El desgaste de algunas piezas clave, la irregularidad de ciertos refuerzos y la falta de contundencia en partidos decisivos dejan al club con la obligación de replantear su proyecto deportivo.

En los próximos días, la directiva deberá definir la continuidad de varios futbolistas y establecer los parámetros de una reestructuración que parece inevitable. La prioridad será encontrar equilibrio entre experiencia y renovación, sin perder la identidad futbolística que convirtió al León en uno de los equipos más respetados del país.

Por ahora, el silencio institucional y las palabras de Ambriz abren un capítulo de incertidumbre. La afición espera respuestas, mientras el técnico ya piensa en un nuevo comienzo. El torneo terminó, pero para el León, la verdadera competencia apenas empieza: la de reinventarse y volver a creer en un proyecto que hoy luce más frágil que nunca.


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