Jackeline Jaramillo, conocida cariñosamente como ‘La Gata’, dejó este mundo debido a un infarto, presuntamente vinculado al consumo de drogas. Su partida deja un vacío en el corazón de aquellos que la conocieron en el centro de la ciudad, donde pasó tres décadas de su vida, forjando conexiones con los comerciantes locales que la recordarán con afecto.
A pesar de su larga travesía en las calles, el último año de Jackeline estuvo marcado por un intento valiente de cambiar su destino. Buscó el apoyo de sus hermanos para liberarse del oscuro abismo de las drogas, un proceso que, aunque gradual, lamentablemente fue interrumpido por un infarto relacionado con las secuelas de su antigua vida.
Sobre la víctima
Familiares cercanos compartieron que en el último año, Jackeline se esforzó por transformar su existencia. Con la ayuda de sus hermanos y el respaldo de quienes la rodeaban, estaba logrando desligarse de las cadenas de la adicción. Sin embargo, su optimismo y su determinación se vieron truncados por un desafortunado infarto que cobró su vida.

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Un ser querido expresó: «Mi hermana partió sintiéndose en paz, ya que notó el esfuerzo conjunto para sacarla de ese oscuro túnel. Cada día, veíamos cómo se recuperaba y anhelaba una vida mejor. Lamentablemente, se nos fue antes de poder disfrutar plenamente de ese renacer».
La comunidad se une en el dolor, recordando a Jackeline como una mujer valiente que, a pesar de las dificultades, buscó redimirse y construir una vida más plena. Su historia sirve como testimonio de la lucha contra la adicción y la búsqueda de la esperanza, incluso en los momentos más oscuros. Que descanse en paz, la mujer conocida como «La Gata», dejando tras de sí un legado de resiliencia y determinación.




