Rodrigo Londoño,, último comandante de las extintas FARC, emitió una contundente respuesta al Ejército de Liberación Nacional (ELN) en medio de la creciente crisis de seguridad en la región del Catatumbo, en el noreste de Colombia. Londoño, quien se encuentra fuera de la vida política desde su reagrupamiento en la disidencia de las FARC, acusó al ELN de agravar la situación en la zona mediante su violencia y su participación en la disputa por el control territorial. En un comunicado, el exlíder guerrillero manifestó que, en lugar de contribuir a la paz, el ELN ha exacerbado la violencia, generando aún más sufrimiento para las comunidades locales y desestabilizando un área clave para la economía del país.
La declaración de Londoño resalta las tensiones entre los grupos armados ilegales en Colombia, que compiten por el control de territorios estratégicos como el Catatumbo, una región rica en recursos naturales pero marcada por años de violencia. Mientras tanto, el gobierno colombiano se enfrenta a un dilema sobre cómo abordar la multiplicación de actores violentos en la zona, incluidos disidentes de las FARC y el ELN, que continúan desafiando los esfuerzos de paz. La respuesta de Rodrigo Londoño refleja la complejidad del panorama, donde la violencia persiste pese a los avances de la desmovilización y los diálogos con otros actores armados.




