El senador y precandidato presidencial por el Pacto Histórico, Iván Cepeda, lanzó una seria advertencia sobre el creciente despliegue militar de Estados Unidos en el Caribe y el Pacífico, al considerar que estas maniobras, presentadas oficialmente como parte de la “lucha contra el narcotráfico”, esconden en realidad el riesgo de una intervención militar encubierta que podría transformar a América Latina en un nuevo campo de guerra.
Durante su pronunciamiento, Cepeda aseguró que se han registrado múltiples acciones militares estadounidenses en aguas caribeñas y del Pacífico, algunas de ellas con el uso de misiles contra embarcaciones presuntamente vinculadas al narcotráfico, pero que en varios casos transportaban civiles, lo que habría provocado más de 40 muertes. Estas operaciones, según el senador, constituyen violaciones al derecho internacional, pues implican ataques extraterritoriales sin el consentimiento de los Estados afectados.
Cepeda alertó que detrás del discurso de la “cooperación antidrogas” podría estarse consolidando una nueva estrategia de control geopolítico por parte de Washington, orientada a mantener influencia sobre América Latina bajo la fachada de la seguridad hemisférica. En su opinión, aceptar este tipo de acciones abre la puerta a una peligrosa ruptura de las soberanías nacionales, similar a lo ocurrido en regiones devastadas por conflictos externos, como Siria o Irak.
El precandidato fue enfático al afirmar que, de continuar estas prácticas, América Latina podría dejar de ser una “zona de paz” para convertirse en un escenario de enfrentamientos armados con consecuencias imprevisibles. “Ante cualquier intento de intervención en nuestros países, nuestra reacción será de rechazo absoluto”, declaró, insistiendo en que los llamados “golpes quirúrgicos” o “acciones preventivas” de Estados Unidos solo conducirían a un conflicto armado transnacional.
Cepeda exhortó tanto al Gobierno colombiano como a los países vecinos a elevar su voz de protesta unida contra estas operaciones, subrayando que no se trata de simples maniobras tácticas, sino de una amenaza estructural que podría redefinir la seguridad continental. En su llamado, apeló al respeto por el derecho internacional y la autodeterminación de los pueblos, recordando que la región ha sido históricamente un espacio de paz que no debe verse arrastrado por intereses ajenos.
El senador, además, alineó su postura con la política exterior del presidente Gustavo Petro, basada en el diálogo diplomático, la cooperación pacífica y una visión soberana de la región. Rechazó de manera tajante la vía militar como mecanismo de resolución de conflictos y reiteró su apoyo a una política antidrogas alternativa, centrada en los derechos humanos y el desarrollo social, en lugar del enfoque represivo y prohibicionista que históricamente ha promovido Estados Unidos.
Finalmente, Cepeda lanzó un mensaje contundente: si América Latina permite que Washington actúe sin límites ni respeto por las jurisdicciones nacionales, podría desatarse un conflicto de escala regional que pondría en riesgo la estabilidad política y la independencia de los países del Caribe y Suramérica. Para él, la defensa de la soberanía y la paz regional debe ser un compromiso innegociable, y cualquier intento de militarización extranjera debe ser enfrentado con unidad, firmeza y diplomacia.




