En un hecho considerado un avance simbólico hacia la distensión, Israel entregó los cuerpos de 45 palestinos mientras el grupo Hamas devolvió los restos de tres soldados israelíes caídos durante la guerra. El intercambio se produjo bajo supervisión internacional y dentro del marco del alto al fuego temporal pactado con mediación de Estados Unidos y Catar.
Las operaciones se desarrollaron en el cruce de Kerem Shalom y fueron acompañadas por personal médico y de la Cruz Roja. Aunque el cese al fuego se mantiene frágil, el gesto ha sido interpretado como una señal de disposición a mantener canales de comunicación abiertos entre ambas partes.
Para las familias de los fallecidos, la devolución de los cuerpos representa un cierre emocional tras años de incertidumbre. Sin embargo, las tensiones continúan en varias zonas de Gaza y Cisjordania, donde persisten enfrentamientos esporádicos.
El intercambio, aunque limitado, podría abrir la puerta a futuras negociaciones sobre la liberación de prisioneros y la entrega de ayuda humanitaria. Analistas internacionales advierten que estos pequeños pasos son fundamentales para reconstruir la confianza en una región que ha vivido décadas de hostilidades.




