Israel ha llevado a cabo una serie de bombardeos contra posiciones de los rebeldes hutíes en Yemen, incluyendo el aeropuerto de Saná y diversas infraestructuras energéticas y puertos. Esta acción es una represalia por los recientes lanzamientos de misiles y drones efectuados por los hutíes hacia territorio israelí. Israel justifica estos ataques alegando que los hutíes utilizan estas infraestructuras para el contrabando de armas iraníes y actividades desestabilizadoras en la región.
Los hutíes, un grupo rebelde chiita en Yemen, han intensificado sus ataques contra Israel en las últimas semanas, lo que ha elevado las tensiones en el Medio Oriente. Israel ha advertido que continuará defendiendo su territorio de cualquier amenaza y ha instado a la comunidad internacional a reconocer a los hutíes como una organización terrorista.
La situación en Yemen ha sido compleja desde el inicio del conflicto civil en 2014, con la intervención de múltiples actores internacionales. La implicación de Israel en este conflicto marca una escalada significativa en las tensiones regionales y plantea preocupaciones sobre una posible ampliación del conflicto en el Medio Oriente.
La comunidad internacional está observando de cerca estos desarrollos, ya que podrían tener implicaciones más amplias para la estabilidad regional y las relaciones internacionales en el Medio Oriente. Se espera que las Naciones Unidas y otras organizaciones internacionales intervengan para mediar en la situación y evitar una mayor escalada de violencia.
