Un bombardeo lanzado por el ejército israelí alcanzó este lunes 16 de junio el edificio de la Radio Televisión de la República Islámica de Irán (IRIB), ubicado en un barrio residencial de Teherán, obligando a la interrupción inmediata de su transmisión en vivo. La presentadora Sahar Emami abandonó repentinamente el estudio en plena emisión, minutos antes de que el impacto afectara las instalaciones.
El ataque se produjo tras una advertencia pública del ministro de Defensa israelí, Israel Katz, quien había declarado que “el megáfono de propaganda e incitación iraní está a punto de desaparecer”, y anunció la evacuación de los residentes del sector.
El ejército israelí confirmó que sus operaciones se enfocaban en “infraestructura militar del régimen iraní”, y que en las próximas horas continuarían los ataques en diferentes zonas de la capital iraní. En una publicación en la red X (antes Twitter), aseguraron haber alcanzado “superioridad aérea total en los cielos de Teherán”.
La zona atacada, de carácter estratégico y diplomático, alberga también embajadas de países del Golfo, hospitales, oficinas de la ONU y agencias internacionales de noticias.
Hasta el momento, las autoridades iraníes reportan al menos 224 muertos y más de 1.000 heridos a raíz de los bombardeos israelíes iniciados el pasado jueves 12 de junio. Entre las víctimas del ataque a la IRIB, se confirmaron al menos ocho fallecidos.
En respuesta, Irán ha lanzado contraataques que han dejado 24 muertos en territorio israelí, según datos oficiales del gobierno de Benjamín Netanyahu, quien justificó la ofensiva asegurando que su inteligencia confirmó el avance del programa nuclear iraní.
Desde la cumbre del G7 en Canadá, el presidente estadounidense Donald Trump pidió a ambos países buscar una salida diplomática: “Irán no está ganando esta guerra, y deberían dialogar antes de que sea demasiado tarde”.
