El Ejército israelí anunció el domingo que su campaña apuntaba a la estructura financiera de Hezbollah y que atacaría múltiples objetivos del grupo en Beirut y otras zonas. Poco después, comenzaron las explosiones en los suburbios del sur de la ciudad.
Se emitieron advertencias de evacuación en el sur de Beirut, el valle de Bekaa y partes del sur de Líbano. Videos mostraron ataques cercanos al aeropuerto de Beirut, que seguía operando.
Los ataques se centraron en al-Qard al-Hassan, una entidad de Hezbollah que paga a sus agentes y financia la compra de armas, según un funcionario de inteligencia israelí, que habló bajo anonimato. Aunque registrada como organización sin fines de lucro, tanto Estados Unidos como Arabia Saudí la han sancionado por su papel en el financiamiento del grupo respaldado por Irán. Además de financiar actividades militares, al-Qard al-Hassan ofrece servicios financieros a la población chií, en un contexto de crisis económica en el Líbano.
David Asher, experto en financiamiento ilícito y exfuncionario de los Departamentos de Estado y Defensa de EE.UU., advirtió que la entidad se basa en efectivo y que los ataques podrían dejarla inoperativa si se golpean sus reservas y bancos asociados.
Al-Qard al-Hassan, por su parte, calificó los ataques como un signo de la «quiebra» de Israel, asegurando a sus clientes que había tomado medidas para proteger sus fondos.
La evacuación en algunas zonas de Beirut generó pánico, especialmente tras la confusión causada por un objetivo mal identificado en un cine del centro comercial ABC Verdun, que estaba a más de 10 km del área afectada.
Este aumento de ataques ocurre en un contexto de creciente tensión entre Israel y Hezbollah, con un año de enfrentamientos y la reciente invasión terrestre israelí al Líbano. El secretario de Defensa de EE.UU., Lloyd Austin, calificó de “demasiado altas” las bajas civiles en el Líbano y pidió a Israel reducir sus ataques, especialmente en áreas residenciales de Beirut.




