En medio de la majestuosa Laguna de La Cocha, a solo 20 kilómetros de Pasto, se encuentra la Isla de La Corota, el área protegida más pequeña de Colombia y uno de los destinos más místicos del país. Este santuario natural, de apenas 14 hectáreas terrestres y 4 acuáticas, es un lugar sagrado para las comunidades indígenas Quillasingas y un paraíso para los amantes del ecoturismo y la espiritualidad.
Un ecosistema único en el país
La Isla de La Corota forma parte del sistema de Parques Nacionales Naturales de Colombia y representa el único ecosistema de bosque andino insular lacustre del país. En su interior habitan más de 340 especies de flora y una gran variedad de fauna, incluyendo anfibios, aves acuáticas y peces como la trucha arcoíris y el pato zambullidor.
El recorrido por la isla se realiza a través de un sendero de 500 metros, rodeado de encinos, arrayanes, helechos, anturios y sietecueros. Al final del camino, un mirador natural ofrece una vista panorámica de la laguna, ideal para la contemplación y la fotografía.
Un lugar de peregrinación y espiritualidad
Desde tiempos ancestrales, la isla ha sido un sitio de adoración para los Quillasingas, quienes realizaban rituales en honor a la naturaleza. Hoy en día, continúa siendo un lugar de peregrinación, especialmente en febrero, cuando se celebra la festividad de la Virgen de Lourdes, cuya capilla se encuentra en la isla.
Cómo llegar y qué hacer en la Laguna de La Cocha
Para visitar la isla, se debe llegar al corregimiento de El Encano y tomar una lancha que cruza la laguna en un trayecto de aproximadamente 10 minutos. Además del recorrido por la isla, los visitantes pueden disfrutar de actividades como:
- Pesca deportiva de trucha arcoíris
- Paseos en lancha por la laguna
- Senderismo ecológico
- Gastronomía local, con platos como conejo y trucha ahumada
Un destino para el alma y los sentidos
La Isla de La Corota es mucho más que un atractivo turístico: es un lugar de conexión espiritual, biodiversidad y belleza natural. Ideal para quienes buscan experiencias auténticas en el sur de Colombia, este santuario es una joya que merece ser descubierta con respeto y admiración.