Esta declaración parece ser una respuesta a tensiones crecientes entre ambos países, y refleja la intensidad de las amenazas mutuas. Las declaraciones de Irán podrían estar relacionadas con conflictos regionales, diferencias políticas o incluso asuntos de seguridad. Esta advertencia subraya la gravedad de las relaciones entre las dos naciones y la posibilidad de una escalada en el conflicto.
La Guardia Revolucionaria iraní ha advertido a Israel que sus «actos de terror» están llevándolos hacia su autodestrucción. El comandante en jefe Hosein Salami declaró que Israel está «cavando su propia tumba» y que, tras recibir una «respuesta firme«, entenderán que cometieron un grave error. Salami también afirmó que el «régimen sionista» está destinado a desaparecer debido a sus acciones violentas.
El portavoz del Ministerio de Exteriores de Irán, Naser Kananí, ha afirmado que su país tiene el «derecho inalienable» de responder al asesinato de Ismail Haniyeh y que Irán no es responsable de la escalada actual. Israel, por su parte, se prepara para defenderse de posibles represalias iraníes, mientras que varios países han instado a sus ciudadanos a abandonar el Líbano por miedo a una escalada regional. Se espera que la respuesta iraní pueda incluir acciones del Eje de la Resistencia, como Hizbulá y los hutíes. El ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, ha solicitado al Ejército que se prepare para «todas las opciones» y que se adapte a los desarrollos de seguridad.




