El sur del país vive una emergencia vial de grandes proporciones. Las intensas lluvias de las últimas horas han provocado múltiples derrumbes y avalanchas que mantienen totalmente bloqueadas dos de las principales rutas que conectan a Caquetá con el Huila: la vía San Vicente del Caguán – Balsillas – Neiva, y la Florencia – Suaza, esta última colapsada en el sector de El Caraño, kilómetro 71.
Avalancha nocturna
Uno de los casos más críticos se registra en la vía que comunica a San Vicente con Neiva, a través de Balsillas. Una avalancha registrada en el sector de Chorreras tapó por completo la carretera. Además, se reportan derrumbes simultáneos en Los Andes y Las Morras, afectando gravemente el paso.
Comunidades enteras, incluyendo transportadores y viajeros, se encuentran varados, sin alimentos, sin señal de comunicación, y a la espera de que Invías envíe maquinaria. “Estamos atrapados, no hay por dónde pasar, ni hacia adelante ni hacia atrás”, aseguró un habitante del sector.
Declaración oficial
Wilson Silva, director de la Unidad Departamental para la Gestión del Riesgo de Desastres del Caquetá, confirmó la gravedad de la situación y la magnitud de la emergencia que afecta a varios corredores viales del departamento.
“Se presentan cierres totales en distintos puntos estratégicos. El caso más crítico se localiza en el sector de El Caraño, donde un deslizamiento de gran proporción ha dejado completamente incomunicado al departamento. Aunque ya se ha desplegado maquinaria y personal técnico en la zona, las labores de remoción avanzan lentamente debido al volumen del material y las condiciones climáticas adversas”, señaló el funcionario.
Río desbordado
Como si fuera poco, otro frente de riesgo avanza en San Vicente del Caguán. El río Caguán se desbordó en el sector de La Siberia, inundando una vivienda y amenazando a varias más. Videos de la comunidad muestran el afluente fuera de control, acercándose peligrosamente a las zonas habitadas.
Cierre total
En el tramo Florencia – Suaza, el derrumbe registrado desde las 8:00 de la mañana del sábado 12 de julio mantiene el paso completamente cerrado. Maquinaria amarilla ya se encuentra en la zona, pero hasta ahora no se ha logrado habilitar ni siquiera un carril.
Pérdidas crecientes
Las consecuencias ya se sienten: productos represados, combustibles sin distribuir, ganado varado y familias separadas. Comerciantes temen graves pérdidas y la población, con temor, enfrenta una nueva noche de lluvia sin respuestas concretas.
Mientras la tierra sigue cediendo y el agua no da tregua, la voz de Caquetá se eleva en una sola dirección: acción urgente. La emergencia no da espera, y cada minuto sin intervención pone en riesgo vidas, economías y la conexión vital de toda una región.


