En un parqueadero de la calle 17 con carrera 5ª, a dos cuadras de la Procuraduría General, del Banco de la República y otras entidades públicas de Bogotá, un sicario que descendió de un vehículo Spark rojo asesinó a Jorge Enrique Gómez y a uno de sus escoltas. Tras cometer el crimen, huyó. El video de lo ocurrido fue ampliamente difundido en los medios de comunicación y redes sociales.
Gómez fue presentado como un comerciante de esas piedras preciosas, y cercano al fallecido zar de las esmeraldas Víctor Carranza, de sus herederos y de otros empresarios, como Hernando Sánchez.
Lo asombroso
Lo que pocos sabían es que este bogotano, de 40 años, era un importante colaborador de la DEA que había jugado un papel fundamental en desvelar y desvertebrar todo el clan de la familia Rincón, la misma que se había consolidado como un contrapoder a los viejos capos de las esmeraldas, pero también, como lo demostrarían las autoridades, del narcotráfico y otras acciones criminales.
Las extinciones del clan Rincón ya superan los 2 billones de pesos y, según estimativos de la DEA, es una de las más grandes en la historia de la lucha contra los carteles y mafias del narcotráfico. Justo ahí aparece el nombre Jorge Gómez, asesinado en el centro de Bogotá, ya que él dio información clave a la agencia estadounidense y a la Policía durante más de cinco años para ayudarles a armar el rompecabezas criminal.

